Debate sobre la figura del director de periódico

«El director del periódico sólo dispone para defender su independencia ante las presiones estatales de su coraje y hasta su tozudez», afirmó ayer Mort Rosenblum, director de International Herald Tribune, en el curso que sobre la libertad de Prensa se celebró en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo, de Santander. En la misma jornada intervinieron igualmente los directores de EL PAIS, Juan Luis Cebrián; de Diario 16, Pedro J. Ramírez, y Emilio Romero, así como los directores de los medios de comunicación cántabros.Mort Rosenblum analizó en su intervención el papel jugado por los directores de diarios en defensa de la libertad de Prensa y su resistencia activa frente a los intentos de censura y manipulación, «que parece menos importante», dijo, «pero que a menudo es más efectivo, ya que el poder político sabrá, si se ejerce esa resistencia, que para manipular la Prensa tendrá que sufrir el desprestigio y el deterioro nacional e internacional de su imagen como Gobierno. Y éste es un elemento disuasorio indudable».

La ambigüedad de la figura del director («para los redactores, representante de la empresa, y para ésta, portavoz de la redacción»), como afirmó uno de los participantes en el debate, fue analizado exhaustivamente. Emilio Romero planteó la necesidad de proceder a un debate en profundidad sobre las características que debe reunir el director de periódicos y la forma en que debe ser designado, abogando porque fueran los redactores del medio quienes, con ciertos límites, procediesen a designar la persona que estuviera en mejores condiciones para desempeñar el cargo.

Juan Luis Cebrián, por su parte, matizó en el sentido de que la propia naturaleza de la empresa periodística y, la defensa de la libertad hacen necesario «un pacto entre empresa y redacción para que el director pueda representar unos intereses amplios; las empresas deben tener en cuenta que no son dueñas del derecho a la información de su público, y de ahí surge la necesidad del pacto». El director de EL PAÍS incidió en la necesaria desmitificación de la figura del director, a través de la institucionalización del propio periódico y asegurando la continuidad de su estilo y línea informativa.

El director de Diario 16, Pedro J. Ramírez, hizo un fuerte alegato contra los medios de comunicación del Estado y las limitaciones de la libertad de expresión en nuestro país, resumidas en las dificultades actualmente existentes para ejercer libremente el derecho a la creación de empresas periodísticas, el acceso a las fuentes de información y a la profesión periodística.