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AIemania Federal presiona a Holanda y Bélgica para que acepten los euromisiles

Soledad Gallego-Díaz

La República Federal de Alemania (RFA) presiona a Bélgica y Holanda para que hagan público cuanto antes que aceptan el despliegue en sus respectivos territorios de los 48 misiles Cruise que les corresponden, según el acuerdo de modernización de las fuerzas nucleares de la OTAN, adoptado por el Consejo Atlántico.

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Bélgica solicitó entonces un plazo de seis meses para autorizar formalmente la instalación de los «euromisiles» (que no estarán fabricados de cualquier forma antes de 1981), mientras que Holanda se reservó un plazo de un año.Superado el plazo, el Gobierno del democristiano flamenco Wilfred Martens comunicó en la última reunión de la OTAN en Ankara que esperaría a los resultados de la entrevista del canciller Schmidt con los líderes soviéticos. Una delegación belga, presidida por el director general de Política Exterior, Alfred Cahen, se encuentra ahora en la capital soviética para informarse personalmente del alcance de la propuesta rusa de negociación.

Norteamericanos y alemanes federales no desaprovechan la menor ocasión para presionar a los dos pequeños países del Benelux, a fin de que no existan fisuras en la posición aliada antes de comenzar las negociaciones de las SALT III. Las dudas belgas no parecen, sin embargo, haber disminuido. En la última reunión celebrada por el buró político del Partido Liberal Flamenco -uno de los integrantes de la coalición gubernamental-, su presidente, Willy de Clercq, afirmó que la «decisión sobre los euromisiles no es urgente». De Clercq estima, por el contrario, que ninguna decisión debe ser adoptada antes de finales de 1981.

La «tozuda» actitud belga irrita sobremanera al secretario general de la OTAN, Joseph Luns, quien arremete contra el Gobierno Martens a la menor ocasión. Para colmo, Bélgica ha decidido disminuir este año en un 2% el presupuesto de todos y cada uno de sus departamentos ministeriales, incluida Defensa, como medio para atajar la inflación. Luns les ha recordado, sin mucho éxito por el momento, otro acuerdo de la OTAN según el cual todos los paísel miembros deberán aumentar sus presupuestos de defensa en un 3% anual.

Bien es cierto que, según un informe elaborado por el grupo de información e investigación para la paz, Bélgica ha aumentado sistemáticamente en los últimos años su presupuesto de defensa en una proporción incluso superior a la solicitada por la Alianza Atlántica. Este pequeño país, añade el informe, se sitúa inmediatamente detrás de Estados Unidos y la RFA en cuanto a gastos de defensa si se tiene en cuenta la relación producto nacional bruto-gastos militares. En el período 1973-1979, la media de incremento del presupuesto militar belga se ha situado en un 4,8%, netamente por encima del 3% que pide la OTAN.

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