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La aviación marroquí ametralla dos buques cubanos en aguas saharianas

Un capitán de la flota cubana de pesca resultó muerto y otros tres tripulantes heridos al ser ametralladas dos motonaves de esta nacionalidad por reactores con toda certeza marroquíes, cuando los barcos se encontraban fondeados a catorce millas de Dajia (antigua Villa Cisneros). La acción, calificada de «cruel y brutal» por el cónsul general de Cuba en Canarias, tuvo lugar en la noche del pasado sábado.

El ataque se produjo sin previo aviso, según manifestaron los marinos, cuando las dos motonaves, Moroboro y Gilberto Pico, cuya misión es la de abastecer de combustible a las unidades atuneras que operan en el Atlántico central, habían fondeado frente a las costas del Sahara, concretamente a unas catorce millas náuticas de la antigua capital de Villa Cisneros; según parece, hizo presencia en primer lugar un avión de reconocimiento de las fuerzas aéreas marroquíes y posteriormente dos reactores F-5 abrieron fuego contra las dos motonaves.El primero en recibir impactos fue el capitán del Moroboro, Manuel Ventura, que recibió una ráfaga en la cabeza, y falleció intantáneamente. Asimismo resultaron con heridas graves el jefe de máquinas, Narciso Sculi, y el primer oficial del mismo petrolero, Jesús Medina, mientras que José Quintero, primer oficial del Gilberto Pico, fue herido levemente. Los dos reactores marroquíes hicieron un total de seis pasadas y los testimonios de los supervivientes coinciden en señalar que el ametrallamiento fue tan brutal que podría pensarse que los aviones agotaron en sus blancos todas las municiones que llevaban.

El "Churruca", en zafarrancho de combate

Los supervivientes y el cadáver del capitán Ventura fueron recogidos por la fragata de la Armada española Churruca, que se encontraba navegando en aguas del Sahara. Al parecer, desde esta unidad naval se oyeron los disparos de ataque y se ordenó «zafarrancho de combate». Los heridos llegaron ayer a Las Palmas y fueron trasladados con toda urgencia al hospital insular, donde fueron intervenidos quirúrgicamente.El primer oficial José Quintero, herido leve, manifestó que «los aviones marroquíes tiraron a matar sin previo aviso», y calificó la acción de «fusilamiento aéreo y ataque criminal». Jesús Medina, por su parte, dijo que cuando se produjo el ametrallamiento se lanzó al mar y fue alcanzado por los disparos cuando ya se encontraba en el agua. Otro marinero se lanzó con un bote en su auxilio y también tuvo que sumergirse ante los repetidos disparos de los reactores.

Aunque se produjeron diversos conatos de incendio en las dos unidades cubanas y algunas instalaciones sufrieron serios desperfectos, se espera que lleguen hoy al puerto de La Luz por sus propios medios.

Jesús Fernández Ponce, cónsul general de Cuba en Canarias, ha manifestado que el ametrallamiento de los pequeños petroleros «ha sido un ataque cruel y brutal de la aviación marroquí». Añadió que la acción «ha sido a mansalva, con premeditada alevosia y con las crueldades más graves que se pueda imaginar en esta época civilizada». El cónsul dijo finalmente que no quería «hacer ahora una valoración política de lo que este ataque podría suponer para los Gobiernos de Cuba y Marruecos».

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Por otra parte, al mediodía de ayer fue facilitado por el servicio de urgencias del hospital insular el parte médico de los tres tripulantes heridos, el más grave de todos en Narciso Scull, que presenta quemaduras múltiples de primero y segundo grados y cuerpos de metralla en diferentes partes del cuerpo; José Quintero, por su parte, presenta heridas de metralla en la pierna izquierda y su estado ha sido calificado de grave por los médicos. Por último, Jesús Medina también presenta quemaduras múltiples y metralla en el cuerpo, aunque su estado es de menos gravedad que el primero.

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