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El Gobierno planteará la entrada en la OTAN como una ley orgánica

Soledad Gallego-Díaz

Viene de primera página

El Gobierno Suárez propondrá al Parlamento que la adhesión de España al Tratado de Washington (Organización para el Tratado del Atlántico Norte -OTAN-) requiera el mismo tratamiento que una ley orgánica, de forma que el ingreso de nuestro país no se decida por mayoría simple, sino por mayoría absoluta, es decir, 176 de los 350 diputados. Así lo afirmó ayer en Bruselas Javier Rupérez, embajador jefe de la delegación española en la Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea (CSCE) de Madrid y miembro del comité ejecutivo de UCD.Rupérez, experto en cuestiones relativas al acta final de Helsinki y miembro de las delegaciones españolas que acudieron a la capital finlandesa y a Belgrado, estimó que, simultáneamente al debate sobre la adhesión o no de España a la OTAN, se debatirían las modalidades en las que el ingreso debería producirse.

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Rupérez se entrevista esta semana en París con una delegación soviética

Añadió Rupérez que la reciente reafirmación del ministro de Asuntos Exteriores en la voluntad atlantista del Gobierno Suárez «no tiene por qué influir ni positiva ni negativamente en el desarrollo de la Conferencia de Madrid y que en las entrevistas que acaba de mantener en Belgrado y Viena no ha detectado el menor recelo o duda sobre el derecho de España a adherirse o no a un tratado de alianza. «Personalmente, creo que el futuro de Yusloslavia está completamente al maroen de las decisiones españolas».El embajador jefe de la delegación española en la Conferencia de Madrid, que se entrevistará la semana próxima en París con una representación soviética, confirmó que durante cuatro meses, y a raíz de la invasión de Afganistán, los preparativos para la Conferencia de Madrid fueron suspendidos en numerosas capitales europeas, ante la duda de si la conferencia llegaría a celebrarse. «El momento más crítico ha pasado ya», añadió, «inicialmente, algunos países pensaron en "castigar" a Moscú a través del aplazamiento de la CSCE, pero después se han convencido de que la conferencia tiene méritos en sí misma y de que puede dar paso a nuevas iniciativas para la distensión».

Javier Rupérez afirmó que, frente a otras actitudes más radicales, dispuestas a centrar la Conferencia de Madrid casi exclusivamente en la evaluación de la puesta en práctica de los acuerdos anteriores y, lógicamente, en la grave violación de los derechos humanos y del derecho interniclonal que supone la crisis de Afganistán, ha prosperado finalmente en el seno de los aliados europeos una actitud moderada. «Afganistán va a seguir pesando mucho», prosiguió «pero si se quiere que la Conferencia de Madrid sea un éxito es necesario, como opinan los aliados europeos, guardar el equilibrio entre las tres "cestas" del acta final de Heisinki: medidas militares para fomentar la confianza mutua, cooperación y derechos humanos».

Rupérez añadió que, aunque se ha superado el punto más álgido de la crisis, las circunstancias internacionales harán que la CSCE de Madrid se desarrolle con un elevado grado de confrontación. De acuerdo con las conversaciones que ha mantenido con altos dirigentes de la OTAN, la estrategia aliada se encamina hacia una primera fase «bastante dominada por el tema de Afganistán».

El calendario previsto para la conferencia se inicia el próximo día 9 de septiembre, con la apertura de la sesión preparatoria, en la que se efectuará una ordenación de los trabajos a desarrollar.

Uno de los objetivos de la Conferencia de Madrid será fijar las bases para una posterior conferencia de seguridad, ligada institucionalmente a la CSCE, en la que se puedan estudiar, entre otros puntos, tal y como propone Francia, nuevas medidas militares de confianza.

El embajador jefe de la delegación española declaró a EL PAIS que piensa entablar rápidamente contacto con los diferentes partidos políticos españoles para informarles sobre los preparativos de la conferencia, así como sobre las líneas maestras de la posición de su delegación.

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