Por la oposición, a la cátedra
He vivido cuarenta años con la esperanza de que la democracia llegara a mi país, y hoy, ante casos como el que nos ocupa, la persecución de las ideas, que no sean gratas al poder, y el acoso a la libertad de expresión, veo como una frustración personal y nacional «que todo sigue atado y bien atado».Es bochornoso para un Gobierno que se proclama democrático que discrimine a una persona como Castilla del Pino, cuya calidad científica es universalmente reconocida por su labor docente y por las numerosísimas conferencias que ha dictado en diversas universidades extranjeras. Sus más de veinte años ejerciendo el arte de curar en el dispensario de higiene mental de Córdoba, a pesar de,todas las trabas que encontró por parte de la Administración fran,quista, amén de su copiosa bibliografía científica traducida a todos los idiomas cultos./