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Carter inicia hoy su gira por cuatro países europeos

El presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, inicia hoy tina gira de siete días por cuatro países europeos, Italia, Yugoslavia, España y Portugal. La cumbre económica de Venecia, que promete ser más política que económica, y la visita a Belgrado son las dos etapas más destacadas del periplo presidencial.Carter deberá afrontar en Venecia a los primeros responsables políticos de Francia, Gran Bretaña, Alemania Federal e Italia, cuyos puntos de vista discrepan sustancialmente de las posiciones norteamericanas; tanto en la crisis provocada por la invasión soviética de Afganistán como en el boicoteo parcial político que desencadenó, o en la solidaridad que EE UU pide a sus «aliados» occidentales para presionar a Teherán y forzar la liberación de los rehenes estadounidenses detenidos desde el pasado 4 de noviembre. El problema palestino es el último episodio en la tensión entre europeos y norteamericanos.

Carter afronta el viaje por Europa meridional en una posición de debilidad, en parte debida a sus vaivenes en materia de política interior, pero también a los malos resultados de su programa socioeconómico, incapaz de remontar la recesión que afecta a la economía de EE UU. Todo ello incide en la campana electoral norteamericana, en la que el presidente Carter ve amenazada su permanencia en la Casa Blanca por el candidato republicano Ronald Reagan.

El presidente norteamericano intentará reafirmar su liderazgo sobre Europa occidental

Esta situación de debilidad política del presidente no impedirá que Carter procure recordar a sus colegas europeos, japonés y canadiense que Estados Unidos continúa ejerciendo el liderazgo del mundo libre, ante una década de los ochenta que nos confronta a todos frente a graves problemas de seguridad, según declaró en Washington uno de los íntimos colaboradores del presidente. Liderazgo que Carter precisará con promesas firmes de ayuda «económica y militar» a Yugoslavia, para demostrar a la URSS que «no es posible un segundo Afganistán en Europa occidental».Acompañado del nuevo secretario de Estado, Edmund Muskie -que no estará presente en las etapas ibéricas de Madrid y Lisboa, por seguir desde Belgrado viaje hacia Ankara-, y de sus principales consejeros políticos y económicos, entre ellos el influyente Zbigniew Brzezinski, el presidente de Estados Unidos recordará en cada etapa «los peligros que pesan sobre la democracia y la necesidad de preservarla». Sobre todo, en casos como España y Portugal, donde la reciente transición de regímenes dictatoriales a sistemas democráticos sufre todavía las presiones de algunos nostálgicos. Tampoco olvidará pasar la factura del sostén de Washington a los Gobiernos de Madrid y Lisboa: entrada de España en la OTAN, revisión de los tratados bilaterales con potenciación de las bases militares, cuya importancia es vital para la estrategia defensiva de Estados Unidos en la zona del Mediterráneo, Oriente Próximo y golfo Pérsico.

Siguiendo la cronología del viaje, el presidente de Estados Unidos, acompañado de su esposa, Rosalyn, llegará a Roma a primeras horas de la noche de hoy jueves.

Washington se felicita de la «consolidación significativa de la democracia en Italia y del declive de lo que se denominó el eurocomunismo». La eventual llegada al poder de los comunistas en Italia fue una de las posibles alternativas que más nerviosismo creó en Estados Unidos hace cuatro o cinco años, sobre todo por las implicaciones que habría podido tener para la continuidad de Italia en la OTAN o de ejemplo político para otras democracias occidentales europeas.

Para todo presidente o jefe de Estado en visita a « Roma es obligada la entrevista con el Papa. Para un presidente de Estados Unidos es imprescindible, sobre todo en año electoral.

Después de la intervención soviética en Afganistán y la vuelta a una segunda guerra fría entre los dos supergrandes, Juan Pablo II tendrá ocasión, durante la mañana del sábado, de compulsar con el presidente de EE UU la situación en los países del Este.

La comitiva presidencial norteamericana se trasladará a Venecia, donde durante las jornadas del lunes y martes se desarrollará la sexta cumbre económica que anualmente reúne a los dirigentes de las siete primeras potencias económicas del grupo occidental(EE UU, Canadá, Japón, RFA Francia, Gran Bretaña e Italia): más al presidente de la Comisión de las Comunidades Europeas.

El menú económico

La energía, con el constante aumento del precio del petróleo; la recesión económica, con el déficit de balanzas de pagos; la inflación y el desempleo, así como las moribundas relaciones Norte- Sur, entre países desarrollados y países en vías de desarrollo, será el menú clásico de la cumbre. Casi idéntico al que ha caracterizado a todas las cumbres desde su creación, iniciativa del presidente francés. Valery Giscard d'Estaing, con el encuentro de Rambouillet, en las cercanías de París, en 1975; Puerto Rico, en 1976; Londres, en 1977; Bonn, en 1978; Tokio, en 1979, y el 22 y 23 de este mes, en la histórica ciudad italiana de Venecia.

Como en anteriores ediciones, la cumbre concluirá sin soluciones mágnas para la crisis económica, pero a diferencia de las precedentes, el debate político promete ser vital. Los europeos, más condicionados que los estadounidenses en el suministro de petróleo, quieren satisfacer a los países árabes que apoyan a la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), en pro de una autodeterminación del pueblo palestino. Jimmy Carter, después de ciertos titubeos en dirección de la OLP, con votos erróneos contra Israel en las Naciones Unidas o contactos indirectos que costaron el puesto de embajador de EE UU en la ONU a Andrew Young, vuelve a una dirección opuesta a todo vínculo con la OLP.

De Venecia, Carter se trasladará a Be1grado. Su principal objetivo será reafirmar la solidaridad norteamericana con los yugoslavos, después de la desaparición del presidente Josip Broze Tito.

De Belgrado, Carter viajará a Madrid, donde llegará a media mañana de la jornada del miércoles. En menos de veinticuatro horas, el presidente de EE UU mantendrá entrevistas con el rey Juan Carlos, el primer ministro Adolfo Suárez y el secretario general del PSOE, Felipe González, «en la línea de los contactos normales que se dan en toda democracia con dirigentes de partidos de la oposición», comentan en círculos de la Casa Blanca en relación con el desayuno, el jueves por la mañana, Carter-González.

Unas horas en Lisboa, con las lógicas entrevistas con el primer ministro Sa Carneiro, el presidente Eanes y, probablemente, el líder de la oposición socialista Soares, marcarán la última etapa del itinerario de Carter antes del regreso a Estados Unidos.

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