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Montserrat Caballé pide que el Real se reconvierta en el Teatro de la Opera

"España tiene la cantera de las mejores voces del mundo"

La soprano Montserrat Caballé se ha lamentado, en unas declaraciones a la agencia Efe, que no se devuelva al teatro Real, de Madrid, su función primitiva del teatro de la ópera, que posee, según los técnicos, condiciones óptimas para el arte lírico. Otro grave problema que señala la diva para la difusión de la ópera y las posibilidades de trabajo de los cantantes españoles es la carencia de una compañía nacional de ópera.

«A los que cantamos y hacemos patria representando a España en los mejores teatros del mundo nos duele profundamente que se haya renegado de la ópera de tal manera, que se nos haya prohibido el poder actuar en nuestro teatro, el teatro Real, que tiene además las mejores condiciones de Europa como teatro de la ópera», declaró Montserrat Caballé, quien ha interpretado, en el 17º Festival de la Opera de Madrid, los principales papeles de las obras Turandot y María Estuardo.La conocida cantante añade que «nos indigna tanto más esta marginación de un arte, en el cual nosotros, los españoles, destacamos, ocupando los diez primeros puestos del mundo. Esperamos todos que se nos llaga justicia, corrigiendo este monumental error, y nos importa especialmente por el daño que nos ha hecho. Ahora, cuando parece que el ministro de Cultura se ocupa de los museos, de los monumentos antiguos abandonados, del arte, ¿no ha llegado el momento de prestar atención a la música, y a la ópera en particular, a través del más prestigioso de sus medios de difusión: el teatro Real? No le quita además la posibilidad de ser sala de conciertos en ciertos momentos, como es el caso de la Scala de Milán, en la cual se dan no sólo conciertos, sino también recitales».

Montserrat Caballé, considerada como la mejor soprano en la actualidad, apunta otro gran problema a resolver, el que plantea la ausencia de una compañía nacional de ópera, «tanto para promover y dar puestos de trabajo a los jóvenes cantantes españoles que tienen talento, como para que España pueda reivindicar no sólo geofísicamente, sino musicalmente, el ser la cantera de las mejores voces del mundo. No es tan difícil ahora como hace 22 años, cuando empecé, gracias a las beca de estudios de fundaciones y a algunas oportunidades más fácilmente alcanzables, pero, pese a todo esto, los jóvenes necesitan la ayuda que supone una compañía nacional para no tener que arrastrarse en el extranjero muertos de hambre y para que, como es el caso ahora, los valores no deban su formación y su lanzamiento a los demás países; en mi caso, a Alemania».

«Hoy en día», añade la soprano, «los que tenemos una carrera hecha venimos a España porque la amamos, pero el prestigio para nosotros está fuera, y esto es lamentable. En cambio, los Italianos, los alemanes o los rusos forman sus valores y pueden presumir de ello. Por otra parte, por el aumento de las representaciones en el teatro de la Zarzuela, es claro que hay cada vez más demanda por parte del público, y cada vez más cultura entre los españoles, que se merecen el que se les atienda».

Respecto a las condicione técnicas y artísticas del teatro Real, la cantante recuerda la opinión del actual arquitecto y conservador de la Scala de Milán constructor también de la Opera de Viena, quien manifestó que no comprendía la conversión del teatro Real en sala de conciertos, «más que por motivos de ignorancia o mala fe». Señala también las palabras de un arquitecto alemán, especialista también en edificios dedicados a la ópera, en una visita a Madrid: «Verdaderamente, no se comprende cómo no se ha vuelto a habilitar el teatro Real para la ópera, siendo sus condiciones las mejores de Europa, porque si nosotros, alemanes, tenemos teatros modernos, es porque las bombas destrozaron los anteriores».

Estas declaraciones de Montserrat Caballé, como en otras ocasiones, en defensa de un teatro de ópera, contrastan con la reciente exposición de los objetivos de la Dirección General de Música y Teatro del Ministerio de Cultura, donde no está prevista la creación de ningún teatro especial, y, en cambio, se anunció la formación en 1981 de una compañía nacional de ópera, que para este año tiene un presupuesto de 60 millones de pesetas para gastos de funcionamiento, dentro de la puesta en marcha de un teatro lírico nacional, con base en el teatro de la Zarzuela, de Madrid, que acogería las manifestaciones del teatro lírico nacional, la sede de la futura compañía de ópera, la actual compañía titular del teatro y los ballets nacionales.

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