Gloria García: "El arte que interesa es el que rompe"
Gloria García, cuya obra se expone a partir de hoy en la galería Juana Mordó, de Madrid, es una artista española que nació en Nueva York en 1945, cuando su familia se hallaba en el exilio. Su formación es norteamericana y académica (tiene el título de Bachelor of Arts por el Sarah Laurence College, de Nueva York), pero el suyo es un propósito de ruptura. «El arte que interesa es el arte que rompe», dice ella. «Un cuadro tiene que romper la pared».Esta exposición de Gloria García, que en 1976 ya mostró su obra en Madrid, representa los dos últimos años de trabajo de la artista. «En 1976 traté de ofrecer el resultado de la búsqueda de equilibrio entre las dos culturas que componen mi educación».
Gloria García sigue trabajando en esa misma línea, aunque para esta nueva exposición cree haber traído cuadros que representan «una articulación menos obvia, más sutil y depurada. Esto ocurre», dice la pintora, «porque sé traducir mejor en un lenguaje pictórico la síntesis de mi propia experiencia».
De acuerdo con la propia estimación de la artista, «toda la obra que ahora expongo es el desarrollo de una investigación y tiene una coherencia, un hilo conductor que determina la incorporación y el mantenimiento de un lenguaje propio. Cada cuadro es una experiencia única».
Desde el punto de vista formal, Gloria García ha tomado de su tradición pictórica americana su interés por el gran formato y por el formato en sí. «Tengo cuadros estrechos y largos, porque me interesa el espacio que determina el formato. Aunque me desenvuelvo dentro de grandes superficies -tengo una experiencia muralista- y en el territorio de la abstracción, me interesa la vida del plano, que a veces resuelvo en síntesis de perspectivas y a veces con la superposición de pinceladas que determinan los planos».
Su tratamiento del negro le ha llevado al gris, «que me ofrece más posibilidades dentro de lo formal y es más sugerente al ser más sutil. Me permite estar más en contacto con el aspecto más pintura de la pintura. Es el gris el color que me permite una gama más amplia de intensidades, desde la más frágil, transparente y etérea, a la más densa y pesada».
A pesar de todas sus reflexiones acerca de su propia obra, Gloria García pinta más que teoriza. «Me siento al margen de las pocas agrupaciones o movimientos que están ahí, quizá en un mundo cada vez más ambiguo, como el que nos ha tocado vivir y del que tampoco escapa el arte».
«Este mundo», dice Gloria García, «ofrece una enorme libertad estética que imposibilita en cierto modo la contestación que antes efectuaba la vanguardia frente a una sociedad mecánica y arcaica en sus conceptos».
Afirma Gloria García que a ella le gustarla que su obra estuviera expuesta al aire libre, aunque «nunca entraría en competición con la naturaleza. En ese contexto, me gustaría que mi obra resultase una intrusión. Yo propongo un lenguaje pictórico que cada vez controlo más y en el que se ofrece una compaginación entre la naturaleza y el arte».
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