Los "pintores jóvenes" protagonistas de la Bienal de Venecia

Próxima a abrir sus puertas en Venecia, la bienal de artes visuales 1980 ya ha sido bautizada con el nombre de arte rico, en contraposición a los esquemas rígidos del arte pobre del pasado decenio. Y, como siempre en torno a este acontecimiento italianísimo, han empezado, antes de inaugurarse, las clásicas polémicas en un clima de amor-odio.

La bienal de este año estará compuesta por siete exposiciones: El arte de los años setenta, que es una reseña internacional histórica sobre el último decenios preparada por Bonito Oliva, Michael Compton, Martin Kunts y Harald Szeeman en el pabellón central y en los jardines. Una Exposición internacional de artistas jóvenes, también organizada por Bonito Oliva, que es el personaje de esta bienal y, por tanto, el más criticado.Esta exposición que está siendo el objeto central de la atención de los críticos italianos, estará en «los almacenes de la sal».La tercera es el Homenaje a Balthus en la Iglesia Grande de San Juan Evangelista, organizada por Jean Leymarie. Es una selección de lo mejor del artista francés. La Exposición de los museos de Praga, representará una colección de las obras de Frantisek Kupka y de la vanguardia histórica checoslovaca. La quinta exposición estará compuesta por una colección de fotografías, bajo el título Planeta Strindberg, en las cuales el famoso dramaturgo sueco presentó sus fantasías eróticas. Las dos últimas son Homenaje a Mario de Luigi, como recuerdo del pintor veneciano, y que estará expuesta en la ex iglesia de San Stae y la del Museo de Bordeaux, en la ex iglesia de San Lorenzo. Además de estas siete importantes exposiciones, la bienal presentará los pabellones de 31 países, incluida China, con una selección de los mejores artistas contemporáneos. El pabellón italiano, que será el más inflado, ha sido organizado por Vittorio Fejone. Por lo menos en Italia la atención estará fija, sobre todo, en la exposición de los Jovencísimos pintores, de los cuales el mayor no tiene treinta años. Se considera que estos nuevos artistas serán sin duda alguna los protagonistas del mañana. Y hay quien asegura que ya ha empezado a abrirse camino la explotación, ya que se considera que a los comerciantes del arte estos jóvenes pueden darles más dinero que tos grandes santones de la pintura, con los cuales la ganancia hoy no supera el 10% del precio de la obra. Pero, aparte este aspecto de especulación, lo cierto es que esta nueva generación de jóvenes artistas está despertando mucho interés. Según el crítico Luigi Carluccio, director del sector de artes visuales de la bienal de 1980, «el mensaje de estos jóvenes es el desencanto y añade que estos pioneros de un arte nuevo «se echan a la espalda la realidad histórica, política y social, pero sin caer en la trivialidad». Y una característica es que cada uno está buscando un camino personal de expresión artística.

Por lo que se refiere a los criterios con los cuales los responsables de la bienal de 1980 de Venecia han escogido a estos artistas jóvenes, existe, como siempre, una gran polémica, la cual se refiere no sólo a las personas, sino al tema de fondo de la crítica.