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Entrevista:

Pedro Sainz Rodríguez: "La política ha sido un deber molesto"

Se presentó su "Antología de la literatura espiritual española"

Dámaso Alonso presentó ayer, en la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid, la Antología de la literatura espiritual española, de Pedro Sainz Rodríguez, cuyo primer tomo acaba de publicar la Fundación Universitaria Española. «La política ha sido un deber molesto, incluso le diría que desagradable, en mi vida», ha dicho el señor Sainz Rodríguez, entrevistado con motivo de la presentación. «Estos son todos fragmentos de mi trabajo, que no ha sido lo bastante amplio porque la política me ha quitado mucho tiempo».

«Mi antología», dice el señor Sainz Rodríguez, «es consecuencia de la serie de trabajos que vengo haciendo sobre espiritualidad religiosa. Constará de cuatro tomos, y éste primero se refiere a la espiritualidad en la Edad Media, mientras el segundo y el tercero es posible que sean del siglo XVI, y el cuarto, del XVII y el XVIII, con un apéndice referente a la espiritualidad posterior».«Esta antología», sigue diciendo, «está realizada con la idea de ilustrar, con textos que proceden de todos los tipos de literatura espiritual, los problemas históricos y doctrinales referentes a este género. Así que en esta obra se recogen fragmentos de libros de oración, sermonarios, confesonarios, vidas de Cristo y de la Virgen y otro tipo de escritos doctrinales que ilustran problemas importantes, como fueron la polémica entre la oración mental y la oración vocal, el problema del uso de la lengua vulgar para la oración y el culto, el problema de los alumbrados o la reacción antimística, que en el siglo XVI respondía a iluministas y protestantes, y en el XVII, al quietismo y al jansenismo».

«El tomo primero», añade, «lleva un prólogo que es una referencia a los grandes problemas doctrinales: ascética o mística, psicología de los místicos, el misticismo como enfermedad, que ya sabe usted que decía William James... Y los otros llevan una especie de introducción histórica. Al final viene un análisis del lenguaje de la mística, de las metáforas de los místicos, las comparaciones que usaban: por ejemplo, santa Teresa ve la unión de Dios y el alma como dos velas que arden juntas en una misma llama o habla del contacto del alma con Dios comparándolo con el riego: a veces es penoso, como sacar el agua de un pozo, a veces placentero, como recibir una lluvia». En suma, dirá después, su intento ha sido «trazar una especie de planisferio o sinopsis de estas metáforas típicas de la mística».

Respecto a los problemas que verte raron la espiritualidad medieval y el papel de este primer tomo en particular, dice: «En realidad lo he concebido como una búsqueda de los antecedentes de problemas que se descubrirán después. Por ejemplo, el de la comunión frecuente y diaria nace ya en la Edad Media, y también hay textos en defensa de los judíos conversos y toda la polémica antijudía, sin la que no se podrá entender el problema histórico y literario de la limpieza de sangre y la situación social de los conversos.

Después de la entrevista, el señor Sainz Rodríguez me hará acompañar por su asistente para que vea la biblioteca. No puedo calcular los miles de volúmenes, pero son muchos, en un semisótano cercano a su casa, instalados en estantes dobles y estrechos pasillos, perfectamente clasificados... En su casa, las paredes están también tapizadas de libros, y a través de los cortinones del hall puede verse que sólo lo que tiene en ella satisfaría a muchos especialistas y aficionados a este mundo. «A la mística», dice el señor Sainz Rodríguez, «me he dedicado desde los veintitantos años y he publicado un buen montón de títulos. El primero de ellos, una Introducción a la literatura mística, que en el año 1926 o 1927 obtuvo el Premio Nacional, precisamente a la vez que Azaña, que lo ganó con sus Ensayos sobre Valera. Pero no sólo ha sido mística: mi especialidad es la historia de la crítica literaria, tema del que también he publicado varias cosas, y también me han preocupado los problemas de interpretación de la historia de España y su decadencia, y la evolución de las ideas sobre el tema. «Todo lo que he publicado son fragmentos de obras más extensas, pero, por la política, sólo he podido publicarlas en parte». «Tengo», dice, «muchísimos materiales reunidos, y esa biblioteca especializada. Tanto unos como otra, a mi muerte, quedarán en la Fundación Universitaria Española para ser utilizados por los que vengan después». Y ya en política, dice: «Soy un señor en cuya vida se metió la política, cuando estaba en sus cosas, que son estas otras. No he pretendido nunca ningún puesto, y los que he tenido que ocupar han sido a fortiori... Pero, en realidad, considero la política como un deber molesto y casi desagradable».

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