El guerrero cansado
Este filme es una mezcla acelerada de los temas habituales escritos para Sean Connery, que, por cierto, aquí es productor también, y los relatos de Graham Green sobre agentes más o menos secretos. Recuerda al autor de Nuestro hombre en La Habana en su protagonista, sobre todo al principio, en su llegada y diálogos con el general sobre los avatares de la guerra, su modo de ganarla o de imponerla. Luego, a medida que el personaje va avanzando en su misión, es decir, cuando la historia se convierte en comic, cuando el mayor deja de ser agente para adiestrar a las tropas de Batista en contra de las guerrillas de Castro, la acción va de tópico en tópico, con rasgos de humor que hacen un poco soportable el recuerdo de un amor adolescente.Richard Lester, con una visión de Cuba parecida a la de Merimée de España, con su veloz montaje y sus primeros planos eficaces, rodando siempre en escenarios naturales gracias a la eficacia de Gil Parrondo, consigue una película cercana al spot de turismo para aquellos que sobre las revoluciones tienen ideas un tanto elementales. La verdad es que con esta historia de barbudos generosos, terratenientes millonarios, americanos tontos y agentes británicos sentimentales se remonta a Carmen o Por quién doblan las campanas, con Gary Cooper inefable. Tal como aparece planteada, lo mismo podría suceder en Cuba, en Irán o en Zambia, o en cualquier otra galaxia de las que ahora asoman tan asiduamente a nuestras sobrecargadas pantallas.
Cuba
Dirección: Richard Lester. Guión: Charles Wood. Fotografía: David Walkin. Música: Patrick Williams. Diseño de producción: Gil Parrondo. Intérpreles: Sean Connery, Brooke Adams, Jack Weston, Héctor Elizondo, Martin Balsam. Estados Unidos, 1979. Aventuras. Local de estreno: Cine Gran Vía.
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