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Las próximas semanas, decisivas para las relaciones Este-Oeste

Soledad Gallego-Díaz

Mientras el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) afirma en Washington que los aliados europeos deben estar preparados para una eventual retirada de las tropas norteamericanas en el viejo continente, círculos gubernamentales manifestaron en Bonn su «estupor» por las declaraciones de Joseph Luns. Los portavoces alemanes, que han declarado no estar al corriente de semejantes intenciones, consideran que los juicios del secretario de la OTAN, «que no han sido autorizados por nadie», sólo servirán para «introducir confusión en el seno de la Alianza». La controversia se produce en vísperas de una auténtica maratón de reuniones que pueden resultar decisivas para el desarrollo de las deterioradas relaciones Este-Oeste.

Los próximos treinta días pueden ser decisivos para el desarrollo de la crisis internacional abierta con la invasión soviética de Afganistán. En menos de un mes se prevén seis reuniones de gran importancia: ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa de los países miembros de la Organización para el Tratado del Atlántico Norte (OTAN), cumbre de Viena, comité consultivo político del Pacto de Varsovia, ministros de Asuntos Exteriores de los nueve y cumbre económica de Venecia.La atención diplomática se centra en Bruselas, Viena y Varsovia. Fuentes oficiosas han difundido en la capital belga rumores -intencionados o no- según los cuales existe un plan norteamericano para retirarse en un plazo determinado de territorio europeo. La tesis, simplificada, es que Estados Unidos debe prestar mayor atención a Oriente y Africa, y que Europa, gran potencial industrial y comercial, puede defenderse sola, especialmente a partir de la instalación de los euromisiles.

Los rumores no parecen tener una base real. En todo caso, señalaron a EL PAIS fuentes diplomáticas próximas a la OTAN, Estados Unidos necesitará siempre disponer de tropas instaladas en Europa, porque, entre otras razones, están más cerca de esos otros dos escenarios. La única amenaza norteamericana posible consistiría en asignar formalmente parte de esas tropas a frentes distintos.

Esta hipotética posibilidad causaría grandes problemas formales en el seno de la OTAN, pero difícilmente variaría el actual equilibrio Este-Oeste, porque, en caso de conflicto en Europa, esas tropas serían «reconvertidas» en pocos minutos.

Por segunda vez en su historia, la OTAN va a celebrar una reunión conjunta de ministros de Defensa y de Asuntos Exteriores. La petición ha sido formulada por Estados Unidos, que quiere que sus aliados reafirmen políticamente la condena de la invasión de Afganistán. La condena está garantizada, pero los aliados actuarán con «pies de plomo».

«Nadie, ni los más estúpidos creyeron nunca que la URSS se retiraría de Afganistán como consecuencia de las presiones occidentales», afirman fuentes diplomáticas; «lo que intenta conseguir, al menos desde un punto de vista europeo, es una declaración neta y firme por parte de la Unión Soviética afirmando que su presencia es momentánea y que se retirará en cuanto las circunstancias lo permitan.

Por eso, Europa occidental espera con expectación la reunión del comité consultivo político del Pacto de Varsovia, que se reunirá para conmemorar el veinticinco aniversario de su fundación. En la capital polaca, la Unión Soviética y todos sus aliados tendrían una buena ocasión para relanzar auténticamente la distensión Este-Oeste.

Los mismos medios diplomáticos se muestran, sin embargo, poco optimistas. Para las fuentes consultadas cualquier mejora de la actual crisis pasa, a juicio de los soviéticos, por un «paquete» que incluye la revisión del tema «euromisiles».

Los soviéticos, según fuentes oficiosas, están realizando un profundo estudio-sobre la repercusión que la instalación en Europa de los misiles Cruise y Pershing 2 puede tener en el Tratado de Limitación de Armas Nucleares Estratégicas SALT II. La URSS estima, al parecer, que los «euromisiles, capaces de hacer blanco en el interior de su territorio, no son armas tácticas y que decabalan el actual equilibrio nuclear Unión Soviética-Estados Unidos.

La violenta reacción soviética a la decisión aliada del pasado mes de diciembre refleja la enorme importancia que Moscú concede a este tema. Las presiones sobre Europa occidental no han disminuido desde entonces.

Para complicar más aún la agenda diplomática, los ministros de Asuntos Exteriores de los nueve se reúnen el próximo día 17 en Nápoles (Italia) para armonizar el boicoteo contra Irán. En su última reunión de Luxemburgo, los comunitarios acordaron que, si no existía mejora en la situación de los rehenes norteamericanos, cada país habría puesto a punto su «paquete» de sanciones. A 8 de mayo aún no se sabe que ninguno de los nueve haya enviado a su Parlamento un «paquete» semejante.

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