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Alfredo Pareja Díez-Canseco: "Soy partidario de la libertad de la cultura"

Entrevista con el escritor y diplomático ecuatoriano

El ministro de Asuntos Exteriores de Ecuador, Alfredo Pareja Díez-Canseco, presidente del Consejo Ministerial del Pacto Andino, que el pasado miércoles concluyó la reunión celebrada en Madrid, es también profesor de Crítica de la Historia ecuatoriana en las universidades Central y Católica de Quito y uno de los escritores más conocidos de la actual literatura ecuatoriana. Como político independiente y escritor declara ser partidario «de la libertad de la cultura».

La reunión del Consejo Andino en Madrid, con la presencia de España como país observador, se ha desarrollado «con una gran cordialidad y afecto con España», ,según el profesor Alfredo Pareja Díez-Canseco, quien señala que la integración económica y política de los países del Pacto Andino tiene un espacio cultural a través del convenio Andrés Bello, así como otros acuerdos de carácter social. «Los aspectos culturales no los hemos tocado en la reunión por falta de tiempo, aunque mantenemos un constante cambio de información que puede interesar a nuestros países y a España. Los intereses del Pacto Andino y España están inevitablemente unidos».«Yo no hago política activa», declara Alfredo Pareja Díez-Canseco. «En el Gobierno ecuatoriano estamos varios ministros independientes de partidos políticos que cooperamos con el régimen democrático actual. Siempre he sido incursionado en la política transitoriamente, ya que el trabajo diario de la política de partido es absorbente. En Ecuador, el Estado ayuda a la cultura mediante la institución Casa de Cultura Ecuatoriana, fundada por Benjamín Carrión, muerto hace poco. Soy partidario de la libertad de la cultura».

Alfredo Pareja Díez-Canseco nació en Guayaquil en 1908. Su obra literaria, caracterizada en sus primeros libros por un realismo de denuncia, se enmarca en el llamado «grupo de Guayaquil». «Fui miembro de este grupo, formado inicialmente por cinco escritores, de los que sobrevivimos sólo dos, Demetrio Aguilera, actual embajador en México, y yo. Fue un movimiento literario que surgió como consecuencia de un acontecimiento muy doloroso en mi país, una huelga de trabajadores en Guayaquil, en 1922, que produjo una matanza muy grande. Ello sacudió la conciencia social y una literatura muy apegada a la tradición europea, sobre todo francesa, muy intimista, sin encuentro con nuestras realidades sociales. Fue un movimiento de reacción que duró unos diez años y tuvo bastante nombre aunque con un excesivo realismo objetivo y naturalista y una posición muy radical ante los fenómenos de la vida social. Es el precio de todos los movimientos nuevos. Después se internó más en la verdadera intimidad de las cosas. Nuestro movimiento de ficción en cuento y novela fue un poco de lo explícito a lo implícito en el arte».

La evolución literaria del escritor, desde sus primeras novelas realistas, se debe, según el autor, a la evolución del «oficio de la literatura, que se va aprendiendo mientras más se ejerce, que es cuando se encuentran las mayores dificultades». A partir de novelas como Don Balón de Baba (1939) y Hombres sin tiempo (1941), busca, en los años cincuenta, nuevos caminos, cercanos a la forma tradicional de la novela. Otras obras suyas son o arriba (1931), El muelle (1933), La Beldaca (1935), Baldomera (1938), Las pequeñas estaturas, publicada en España por Revista de Occidente, y Las tres ratas considerada por la crítica como su mejor novela.

Su última novela publicada es La manticora, "perteneciente a un ciclo de cinco novelas, Los nuevos años, iniciado en 1956. La dedicación literaria actual de este escritor y diplomático, que ha sido diputado en la Asamblea Nacional Constituyente y encargado de Negocios en México, se concentra en la redacción de una Historia del Ecuador, de la que se han publicado dos volúmenes.

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