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Debates sobre el estado actual de la literatura norteamericana

Se celebraron esta semana en el Centro Cultural de Estados Unidos en Madrid

Kurt Vonnegut, Jerzy Kosinsky, Barthelme, Pynchon, Hawks, Truman Capote, Norman Mailer y otros son nombres que definen la actual vitalidad de la literatura norteamericana, cuya situación puede ser hoy una de las más brillantes de todas las literaturas internacionales. Analizarla es, en buena parte, estudiar los comportamientos actuales de la sociedad estadounidense. Para efectuar ese estudio se reunieron en Madrid, a lo largo de la última semana, un importante grupo de americanistas.

Las últimas corrientes de la literatura norteamericana, tanto en el campo de la poesía y narrativa como en el del teatro, fueron objeto de estudio y debate en una serie de conferencias, mesas redondas y coloquios que se desarrollaron a lo largo de esta semana en el Centro de Cultura de Estados Unidos, con la participación de una docena de americanistas españoles y extranjeros de diversas universidades de España.El teatro norteamericano en la década de los sesenta, la moderna poesía americana y el posmodernismo en la novela fueron los tres tomas generales que se trataron colectivamente y en castellano, complementados por charlas individuales en ambas lenguas y la proyección de varias películas.

«La literatura norteamericana es en estos momentos más rica que la europea, más creativa y dinámica, se encuentra en estado de ebuilición», asegura María Lozano, profesora de la Universidad Complutense de Madrid, del grupo de americanistas promotores de esta semana, en collaboración con la Embajada y el Centro Cultural de EE UU.

Borges, Barth y Nabokov, padres del posmodernismo

«En la narrativa, el posmodernismo representa la última vanguardia, la ruptura con la tradición de la novela realista», explica María Lozano. «En los escritores posmodernistas, las referencias ideológicas o al mundo real y objetivo desaparecen. Se abandona la mimesis para crear una epistemología nueva, unos mundos alternativos, ficticios, a base de referentes exclusivamente literarios».«Hacer el amor con las palabras» es la expresión de William Gaddis -uno de los autores posmodernistas- que consigna el principio generador de esta literatura que nace desencantada de sí misma y del contexto donde se produce -una América convaleciente de la crisis de Vietnam-, que integra todo tipo de técnicas y formas expresivas. La pintura, la música, etcétera, irrumpen promiscuamente en el discurso literario. Autores como John Barth, Barthelme, Pynchon, Hawkes, Kosinsky o Kurt Vonnegut -todos ellos inéditos o sólo muy parcialmente conocidos en España- forman parte de la generación posmodemista, depositaria y continuadora de la herencia de Borges, Barth y Nabokov, la gran triada-padre del movimiento, que, en último término, reconoce sus ascendientes en Joyce, Beckett o Proust.

«Reinterpretaciones irreverentes de la historia de la Humanidad, reflexiones sobre el acto de escribir y, sobre todo, el mundo erótico, son los temas más característicos de la novela posmodernista», añade María Lozano. «En general son textos bastante herméticos, pero su lectura no cansa ni parece difícil, porque ya no so trata de entender, sino de disfrutar una especie de sensualidad literaria».

«En algunas obras le descubren elementos típicos de la imaginería barroca del realismo fantástico de un García Márquez o de un Alejo Carpentier. Este hecho, así como la enorme influencia de Borges, reflejan un influjo mutuo, pues muchos escritores latinoamericanos han reconocido la importancia que ha tenido en su formación la cultura anglosajona. En todo caso, es lógico que los autores que han avanzado en una línea de experimentación epistemológica y lingüística desde un mismo punto de partida -Joyce o Beckett- hayan llegado en simultáneo a conclusiones idénticas».

Doble tradición teatral

«En el caso del teatro coexiste dos tradiciones paralelas: la que deriva de O'Neil, contaminada por los planteamientos comerciales de Broodway, y la creada por grupos más modernos, como el Group Theatre o el Living, conocida por off-Broodway», apunta Ana Antón-Pacheco, otra de las organizadoras de la semana, también profesora de la Universidad Complutense de Madrid.«Además está el off-off-Broodway, un teatro completamente destextualizado, abierto y de pura provocación que ha surgido en San Francisco. Los grupos que practican esta forma de teatro suelen proceder de la izquierda, pero de una izquierda mucho más divertida y menos respetable que la que aquí conocemos. Han conseguido incorporar lo lúdico al hecho teatral, convertirlo en una celebración colectiva con participación total, sin escenarios ni división entre los actores y el público».

Como afirmó José María Bardavío, de la Universidad de Zaragoza, en una mesa redonda en torno al teatro: «Este teatro significa un regreso a las fórmulas iniciales de la comedia griega, que tenía, sobre todo, un carácter de fiesta colectiva».

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