Los tapices
El ministro de la cosa ha dicho que quiere mantener en plena actividad la Real Fábrica de Tapices. Como no podemos seguir repitiendo los sempiternos y nobles tapices y cartones de Goya y Bayeu, yo, siempre ganoso de colaborar con el Gobierno y comportarme, sugiero aquí algunas ideas, imágenes y dibujos para el nuevo cartonaje y tapicería de la Real Fábrica.Cartones para bordar: La gallina ciega jugando a la ultraderecha: Animada escena popular en que una brigada de policía, con los ojos falsamente vendados, detiene a dos pilletes o perillanes de velludillo durante la incautación de una fábrica ilegal de armas y un arsenal de pistolas-bolígrafo. La gallina falsamente ciega resulta ser la gallina de los huevos de oro, propiedad del granjero don Francisco de Asís Pastor, que tiene una explotación agrícola modelo. Con los bolígrafos-pistola firma autógrafos un escribano de la Corte.
Los polimilis franceses que se lo hacían mal: Dos independentistas vascofranceses muertos al estallar les una bomba, saltando por los aires para ejemplo de otros independentistas, con mucha riqueza de colorido en los hilos, la sangre, la bomba, el estallido y el follón, y mucha abundancia de tintes y fucsias para mayor viveza de la muerte. En lo alto del tapiz se abren los cielos y se verá asimismo, tipo Greco, el vuelo de Carrero-Blanco.
Manteamiento de usuario del Metro por parte del alegre personal suburbano: Jefes de estación y táquilleras del Metro, con sus trajes regionales del fondo de la tierra, manteando a un poco avisado usuario que baja a tomar el tren, como todos los días, camino de la sopa unida en familia. La huelga como fiesta popular puede representarse mediante vivos colores y alegres gestos del personal, mezclando rapaces y gozquecillos entre los humanos, para que el festivo cartón tenga más verdad. El manteado resultará ser José Luis Alvarez.
La maja desnuda: Marisol, por César Lucas, tendída a la manera goyesca de la Maja del Prado en una litera de calabozo municipal, mientras César Lucas, vestido de don Francisco de Goya y Lucientes, con paño mañico a la cabeza, como el de Éuendetodos, eterniza a la ninfa con una Polaroid de royalty extranjero, como todo, que eso también es un escándalo público, pe ro se habla menos.
La romería de San Isidro: Visión panorámica de unas elecciones generales, municipales, autonómicas o de referéndum o constitucionales, desde la Casa de Campo, la fuente cantada por Lope, el acero de Madrid y el camino ancho de San Bernardo, hay una fuente con cuatro caños, donde el artista o artistas representen, al fondo, tntre fábricas de churros y multinacionales, una enteca cola de votantes a la puerta de una mercería en función de colegio electoral, mientras en primer término, con viveza de colorido, variedad de hilos, novedad de tinturas y texturas, se represente muy a lo vivo a la masa nutrida y populosa del no sabe/no contesta o españoles abstencionistas: majas, manolas, manolos, chisperos, castizos, drogotas, tenores de zarzuela, colgados, pasotas, mujeres de rompe y rasga y baile de castañetas, con La Nardo, de Ramón Gómez de la Serna, bailando sobre la tumba del entierro de la sardina un chotis de los Coros y Danzas, en plan Demostración Sindical. Un cielo color de urna vacía.
Plaza Partida: Aguafuente de Goya del que debe hacerse nueva versión seriada para cartón, tapiz, alfombra y visillos, donde se vea el hemiciclo de las Cortes, con la derecha en localidades de sombra y pamelas ucedé, y la izquierda al sol nuclear de las centrales americanas, abanicándose con abanicos de cartón de los que dan las tiendas de comestibles. En una mitad de la plaza, Fraga Iribarne, a la usanza goyesca, y, al otro lado de la plaza partida, el negro toro de España, ay negro toro de pena, berrendo en eurocomunista y fumando cigarrillos largos de los de Santiago Carrillo. La bizarría del diestro contrastará, en tonos y actitudes, con la obcecación y el fumeteo de la bestia.
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