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PAIS VASCO

Discrepancias sobre la avería de la central nuclear de Garoña

Coincidiendo con la localización de una fisura en la tubería del circuito primario de refrigeración de la central nuclear de Santa María de Garoña, situada en la ribera del Ebro, dentro del territorio de Burgos, pero a sólo 32 kilómetros en línea recta de Vitoria, se han sucedido dos visitas de medios informativos y autoridades de Vitoria y Burgos a las instalaciones de la central, por invitación expresa de la empresa propietaria Nuclenor (Centrales Nucleares del Norte, SA), controlada por Iberduero.Previamente a éstas visitas, que, al parecer, habían sido concertadas hace tiempo, fue la misma empresa la que dio cuenta de la existencia de la citada fisura. Las explicaciones dadas por el director de la central, Federico del Pozo, y otros técnicos, no coinciden en algunos puntos con lo manifestado en un informe hecho público por el grupo ecológico alavés y los comités antinucleares de Euskadi.

El director de la central asegura que la citada fisura «no es un accidente, sino una avería», y que no ofrece mayores problemas para su reparación. El hecho de que la central esté inactiva en estos momentos lo atribuyó al paro temporal que se realiza todos los años para la renovación de las cargas.

Según el informe del grupo ecológico, los antecedentes de la probabilidad de existencia de fisuras, en los circuitos de refrigeración del núcleo de los reactores de agua ligera en ebullición (BWR), con licencia General Electric -que es el tipo de reactor instalado en Garoña son un hecho adimitido desde 1974. Hasta entonces, el sistema de refrigeración de estos reactores de General Electric se había considerado de extrema seguridad.

En el mismo año 1974, dice el estudio de los ecologistas alaveses que fue preciso reparar la piscina del reactor de Garoña, «que no quería hacer ninguna empresa por el peligro que suponía». Indican que la labor fue realizada por un grupo de suboficiales de Marina de la base de Cartagena.

Dan cuenta de que, también en 1974, en la central de Garoña, se produjo una alarma general a causa de un escape, y que en la revisión efectuada se descubrieron casos de erosión en las toberas.

El director de la central de Garoña declaró también que la incidencia de la misma en el exterior «es absolutamente mínima, y está por debajo de la radiación emitida por un televisor sobre cualquier persona».

También en este aspecto, el informe de los grupos ecológicos asegura que hay contaminación radiactiva del agua, como se afirmó en los primeros años de funcionamiento de la central en un estudio de Aranzadi. En cuanto al escape de 1974 indican que «se piensa que entonces tuvo que cambiarse el agua del circuito primario, pues de lo contrario no hubiera quedado ninguna tubería, a causa de la erosión».

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