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Auge y consolidación del nuevo cine alemán en el Festival de Berlín

ENVIADO ESPECIAL, En la XXX edición del Festival Internacional de Cine de Berlín se ha podido comprobar que la República Federal de Alemania es, probablemente, en estos momentos el país europeo con mayor producción de películas al año. Gracias a una clara política de ayudas oficiales, canalizadas básicamente a través de la televisión, que es quien desde hace algunos años ha producido una buena parte de las películas rodadas en este país, y gracias también a cooperativas de producción y a la buena disposición de entidades productoras privadas, los jóvenes directores, muchos de ellos desconocidos hasta ahora, han podido rodar y presentar sus creaciones en un festival que ha dado una gran importancia a las «nuevas películas alemanas».

El nuevo cine alemán comenzó, si es que se puede marcar una línea divisoria, en febrero de 1962, en las jornadas de cine corto alemán.El año pasado, 1979, en el que aparecieron 36 nuevas películas de veintiséis directores, marcó un punto álgido en este proceso de crecimiento del cine alemán la concesión de la Palma de Oro del Festival de Cannes. a la película El tambor de hojalata, de Volker SchIoendorff. Entre otros directores alemanes que también tuvieron películas en cartel se encontraban Peter Fleischmann, Reiner Werner Fassbinder, Werner Herzog, Alexander Kluge, Peter Lilienthal, Hans Noever y Helma Sanders.

Algunos de estos directores han vuelto a presentar ahora en Berlín producciones ya conocidas, pero también han aportado nuevos títulos. Entre estos últimos destaca Hans Noever, con El precio para sobrevivir; Helma Sanders-Brahms, con Alemania, madrepálida; Hark Bohri, con In herzen des hurricans, y Werner Schroeter, con Palermo o Wolfsburg.

Naturalmente, el hecho de que se produzcan muchos títulos al año, no quiere decir que salgan de ahí muchas obras maestras, pero al menos las oportunidades se presentan. Otra dificultad del sistema de financiación de películas por la administración de la televisión alemana, ha sido censurado y posterior de los filmes. Recientemente, el documental Un futuro brillante, de Susanne Bayler y Andreas Soschyrisky, producido por el segundo programa de la televisión alemana ha sido censurado y no ha podido pasarse por televisión. El segundo programa de la televisión alemana tampoco ha permitido que se exhibiera en Berlín otro documental, La gente de Lich-Steinstrasse, de Regine Heuser y Aribert Weis, producido por ella. Tanto los participantes en las jornadas de Nuevo Cine Alemán, que se están celebrando estos días en el marco del festival, como la asociación de periodistas de cine que asisten a este festival han protestado por esta censura que procede de la firma productora, y que en este caso se trata de una empresa pública estatal. «Los documentales», dicen los periodistas en su protesta, «son también obras de arte y mucho nos tememos que si marchan las cosas por este camino, no vamos a poder ver en Alemania más películas documentales de contenido crítico.»

Por lo que se refiere a las proyecciones normales del festival, que toca a su fin (el viernes se sabrán los premios), destacan como favoritas Busco asilo, de Marco Ferreri; Confianza, del húngaro Istvan Szabo; Tránsito, del israelí Daniel Wachsman; El crimen de Cuenca, de Pilar Miró, y todavía dos que faltan por pasarse, El director, del polaco Andrezj Wajda, y Palermo o Wolfsburg, del alemán occidental W. Schroeter.

Babelia

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