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Periodistas belgas se niegan a revelar sus fuentes informativas

Soledad Gallego-Díaz

La policía belga ha acusado a un funcionario del Ministerio de Justicia, traductor de la Interpol, de violar su secreto profesional, al haber entregado a la revista belga Pour fichas personales elaboradas por el cuartel general de investigación criminal de la República Federal de Alemania. La misma policía pretende que tres periodistas de la mencionada revista revelen sus fuentes informativas, a lo que éstos se niegan, alegando, precisamente, el secreto profesional.El principal acusado, Philippe Carpentier, natural de Bruselas, 39 años, ha reconocido haber transmitido a terceros documentos procedentes del cuartel general de investigación de Wiesbaden, donde se centralizan los principales servicios policiales de la RFA, pero niega habérselos entregado a Pour.

El señor Carpentier alega en su defensa que los documentos que entregó constituyen una clara violación de los principios democráticos: se trata de fichas personales, denominadas «B», o «de moralidad», en las que figuran individuos que no han sido ni detenidos, ni procesados, ni condenados por ningún delito, pero que, a juicio de la propia policía alemana, son «sospechosos» de «estar en relación con delincuentes». En las fichas se incluye una valoración de «las costumbres» del sospechoso, así como su tendencia política.

Pour, un semanario que se autocalifica de «nueva izquierda», publicó días pasados un reportaje sobre dichas fichas, levantando una gran polvareda en los medios políticos y judiciales belgas. La policía interrogó ampliamente al director de la revista, Jean Garon.

Los domicilios particulares de Garon y de Braem han sido sometidos a un meticuloso registro, al igual que los locales de la revista y el domicilio del corresponsal en Bruselas del semanario Liberatión.

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La investigación policial ha provocado una airada reacción de los sindicatos y asociaciones profesionales de periodistas, que exigen que se paren inmediatamente las actuaciones contra los autores del reportaje.

Todo se complica aun más por el hecho de que uno de los policías encargados de la investigación fue objeto de ataques muy duros en Pour, hace escasamente veinte días, por considerársele «simpatizante» de organizaciones de extrema derecha.

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