El Gobierno marroquí endurece su actitud con los socialistas
El Gobierno marroquí comenzó a reprimir las actividades de la oposición socialista, la más activa en Marruecos, ahora que el año de 1980 despunta difícil en lo social, según el diario Al Moharrer, órgano de la USFP, que dirige Abderrahim Buabid.Según el citado periódico, Ahmed Benyellun, miembro del comité administrativo nacional de la organización y hermano del asesinado líder sindicalista Omar Benyellun, fue detenido el domingo pasado y registrada su casa.
Asimismo han sido interrogados, continúa la misma fuente, varios líderes de la UNEM, sindicato estudiantil mayoritario, entre ellos su presidente, Mohamed Bibakri, y miembros de la comisión ejecutiva.
El diario Al Moharrer se ve de nuevo sometido a la censura previa, «en violación de la legislación vigente», de acuerdo con el periódico, y la sede de Rabat de la central sindical socialista CDT fue cercada por la policía el domingo último, para impedir un mitin de solidaridad con los obreros del fosfato en huelga.
En otro orden de cosas, el ataque del Polisario, el viernes pasado, contra la localidad marroquí de Akka, en donde catorce civiles perdieron la vida, hizo que de nuevo se hable de peligro de guerra entre Rabat y Argel. El diario comunista Al Bayane se llegaba a preguntar ayer si ese ataque no significa «el fin de las ilusiones».
Ilusiones, naturalmente, colocadas sobre una posible negociación secreta del conflicto del Sahara y sobre la capacidad de los contingentes uhud de impedir de manera permanente ataques de envergadura como el llevado a cabo contra Akka.
Por otra parte, los emisarios enviados por Marruecos a 38 países africanos han comenzado a regresar. El primer ministro, Maati Buabid, ha aportado consigo el testimonio del apoyo de Gabón y Centroáfrica, pero ningún respaldo nuevo, ni ninguna solidaridad con la que Marruecos no hubiese contado de antemano.
Argelia, por el contrario, y tras la visita del primer ministro, Mohamed Abdelghani a Belgrado, ha logrado que Yugoslavia ratifique su respaldo al Polisarlo. Los radicales y moderados de los no alineados parecen coincidir sobre este asunto. Se habla, igualmente, de la posibilidad de que Mauritania reconozca a la RASD.
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