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Bofetadas en el Parlamento italiano en el debate sobre leyes antiterroristas

Juan Arias

En el Parlamento italiano están volando bofetadas, puntapiés y muchos insultos, sobre todo entre comunistas y radicales. Estos, que son sólo veintiocho, amenazan con paralizar la vida de la Cámara baja e impedir que puedan ser aprobadas las nuevas leyes extraordinarias contra el terrorismo presentadas por el Gobierno Cossiga. El limite de tiempo para la aprobación es el 14 de febrero.

Ayer la tensión llegó al límite. En la plaza donde está situado el Parlamento fueron detenidos catorceradicales y llevados en las furgonetas de la policía a la comisaría. Entre ellos, el secretario general del Partido Radical, Gitiseppe Ripa.

Los detenidos, que fueron en seguida puestos en libertad, pero denunciados por, manifestación ilegal, habían organizado una manifestación con carteles ante el Parlamento contra las nuevas leyes antiterroristas. El hecho causó tensión en el hemiciclo, donde los radicales pidieron que se interrumpiera la sesión. Fue necesaria toda la energía de la señora Nilde Jotti, presidenta del Parlamento, para restablecer el orden. EL PAIS había hablado el día anterior con la señora Jotti, quien le había declarado: «Aquí se han cambiado todos los criterios democráticos. La mayoría se ve amenazada por la minoría. Piense que a las leyes contra el terrorismo han sido presentadas 7.000 enmiendas. Los radicales podrían, según el reglamento para discutir estas enmiendas, hablar ininterrumpidamente durante cinco años. Por eso se impone rápidamente un cambio de los estatutos de la Cámara de Diputados. »Los radicales, por su parte, afirman que en el año 1950 los comunistas, que entonces eran minoría, se quejaban también de ser víctimas de la mayoría y luchaban como ellos para abrir espacios de libertad. Y es que según los radicales, las nuevas leyes presentadas por el Gobierno son «anticonstitucionales», sobre todo por lo que se refiere a la posibilidad de detención e interrogatorio por parte de la policía sin la intervención de los jueces, o el registro de bloques enteros de casas con la excusa de poder encontrar a algún terrorista.

El Gobierno está entre la espada y la pared. Probablemente tendrá que retrasarse quince días el congreso democristiano, lo que seria muy ventajoso para la supervivencia de Cossiga, que volverá con mayor fuerza de su encuentro con Carter. Otra hipótesis es que el Gobierno haga del tema cuestión de «confianza», es decir, que ponga a votación todo el paquete de leyes sin discusión.

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