Acuerdo total entre Marchais y Brejnev sobre la situación internacional
El secretario. general del Partido Comunista francés (PCF), Georges Marchais, regresará hoy a París, después de una semana de entrevistas «francas y amistosas» con los dirigentes de la URSS. En tres ocasiones dialogó con el número uno soviético, Leónidas Brejnev. En un comunicado final, en el que no se aludid a AIlganistán, se deja entender que las divergencias entre los partidos de ambos países son secundarias y, por el contrario, se resalta su visión común del panorama mundial y de la estrategia a realizar para la instauración del socialismo.
«El socialismo ha pasado del dominio de la esperanza al de la realización práctica», afirma el comunicado que firmaron el PCF y el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), en Moscú, para cerrar las conversaciones de la delegación francesa, que dirigió Marchais. En este terreno de las generali.dades, cabe destacar igualmente la fórmula destinada a calibrar el estado actual del mundo: «Se ha emprendido una gran mutación del género humano. Nuestra época es la época del paso del capitalismo al socialismo: tales la envergadura de la lucha iniciada a nivel planetario.»
También en el plano de las generalidades, pero referidas a situaciones o hechos más notorios, el comunicado reitera que «la mejora de las relaciones internacionales implica el respeto de los principios de soberanía de las naciones, de independencia y de no injerencia en los asuntos interiores de los países». Este texto citado no menciona, en ningún momento, la reciente intervención soviética en Afganistán. Por su lado, los comunistas franceses, refiriéndose a esta cuestión, aseguran que la URSS no ha intervenido en otro país, sino que es este último quien le solicitó ayuda. Sobre el mismo tema, también afirman que semejante doctrina de la injerencia de un país en otro nojustifica la intervención de Estados Unidos en Vietnam.
Disolución de los bloques militares
Otra fórmula alude al desarrollo de los arsenales de armas, «que privan de medios considerables a la elevación del bienestar de los pueblos». Otra más evoca «la disolución de los bloques militares», sin precisar si esa disolución debe ser simultánea, tal como lo precisaban los comunistas galos en el fenecido «programa común» de la izquierda. Refiriéndose indirectamente a una de las coordenadas esenciales del eurocomunismo, el comunicado rechaza, en la construcción del comunismo, «todo esquema preestablecido, toda copia de la experiencia del otro». Sobre este punto, los comunistas galos también afirman que el enunciado anterior no tiene nada que ver con la intervención de la URSS en el momento del estallido de la «primavera de Pragá» en 1968.En la actual lucha por la instalación del socialismo, el comunicado condena a los partidos socialdemócratas occidentales, por ser el último «recurso» del capitalismo. Por fin se hace alusión a la importancia de la conferencia, que debe celebrarse en Madrid en 1980, sobre la aplicación de las decisiones de la de Helsinki.
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