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Navarra volverá a tener su antiguo Tribunal de Cuentas

El Parlamento Foral de Navarra aprobará hoy el proyecto de norma general presupuestaria para Navarra, elaborado por el diputado foral de Hacienda, Angel Lasunción (UCD), considerado como el primer paso de la reforma de la hacienda de la provincia, que finalizará con el restablecimiento de la antigua Cámara de Cómputos o Tribunal de Cuentas del Reino de Navarra. En palabras del diputado foral Lasunción, vinculado al gabinete del ex ministro Fernández Ordóñez, la hacienda autónoma de Navarra «va a ser un ejemplo para el resto de las comunidades autónomas de España y, por qué no, para la Europa de los pueblos».

Los conveníos económicos en los que Navarra concierta con el Estado la cantidad a contribuir como comunidad autónoma foral arrancan de 1876. En aquella fecha, la Diputación Foral firmó el primer convenio económico con el Estado, ya que, al pasar de reino independiente a provincia, en 1841, quedaron algunas atribuciones que no se regularon expresamente en la ley. De esta forma se recurrió a la vía del convenio económico, acordándose que Navarra pagaría en lo sucesivo al Estado, manteniendo su status fóral, dos millones de pesetas anuales. Posteriormente, en 1927, 1941 y 1969, volvieron a establecerse nuevos conciertos entre Navarra y el Estado, suscritos a través de acuerdos o pactos. Así, en el convenio de 1969, actualmente en vigor, se dio un paso adelante en la materia, ya que, junto a la cuantía a contribuir al Estado, también se fijaron los límites de la autonomía fiscal de Navarra. De esta forma se reconocían a Navarra facultades tributarias (recaudación, liquidación y gestión de los impuestos), facultades jurisdiccionales por las que se legitimaba a la Diputación para resolver los recursos interpuestos por los contribuyentes, así como facultades normativas; es decir, la posibilidad de dictar leyes en materia fiscal.«El convenio de Navarra con el Estado», señaló a EL PAÍS el diputado foral Angel Lasunción, «establece una autonomía fiscal para la provincia en la imposición directa (renta de las personas físicas y renta de sociedades) y obliga a seguir la legislación general en la imposición indirecta. De esta forrna, la aportación de Navarra a las cartas generales del Estado se compone de un cupo contributivo de 230 millones anuales, una compensación por impuestos indirectos y otra compensación por desgravación fiscal a la exportación. En total, en 1969 pagamos al Estado setecientos millones y en 1980 contribuiremos con 2.900 millones de pesetas. »

Con el dinero que la Diputación recauda de sus contribuyentes, ésta administra y controla la industria, comunicaciones, administración municipal, parte de la sanidad, obras públicas, urbanismo, cultura y educación, agricultura, ganadería y montes, así como el patrimonio artístico, los servicios logísticos y la policía foral. «El sistema fiscal de Navarra, tanto en la vertiente del ingreso como del gasto, se puede considerar como un modelo a seguir por el resto de las comunidades que ahora han accedido a la autonomía. Es un sistema», precisó el diputado foral Lasunción, «convenido y mejorado a lo largo de casi ciento cuarenta años. »

Veinticuatro mil millones de presupuesto para 1980

Los presupuestos de Navarra para 1980 suponen 23.950 millones de pesetas, de los que la Diputación recauda 17.000 por impuestos directos e indirectos; 3.400, por tasas diversas, y otros 3.500, por una emisión de deuda pública lanzada recientemente. Después de pagar al Estado 2.900 millones, Navarra gasta en sanidad 3.400 millones; en obras públicas, industria y urbanismo, 3.700; en agricultura y ganadería, 1.750; en servicios logísticos (informática, bomberos y policía foral), seiscientos, y la mayor partida, en personal, 5.200 millones de pesetas, ya que cuenta con 3.500 funcionarios forales.Desde el pasado 3 de abril, y por primera vez en una región española, Navarra tiene un Parlamento foral de setenta miembros, al que, entre otras materias, hay que presentarle para su debate y aprobación los presupuestos generales de la provincia. «Pero como estamos decididos», indica Angel Lasunción, «a hacer frente a las nuevas exigencias de la Navarra de hoy, también hemos elaborado un proyecto de norma general presupuestaria, que hoy se debatirá en nuestro Parlamento, y que constituye una pieza básica en el ordenamiento jurídico-financiero de la hacienda de Navarra. Además nos hemos propuesto una reforma en profundidad de nuestra hacienda, que estará dirigida a situar su actuacíón dentro de las coordenadas de legalidad democrática, en la modernización de la estructura normativa y en la adecuación de la organización de la hacienda. Para conseguir una administración financiera eficiente y moderna en esta línea, el próximo mes presentaré al Parlamento foral el proyecto de norma general tributaria de Navarra, y espero que ese mismo mes el Parlamento apruebe la norma por la que se restablece la Cámara de Cómputos o Tribunal de Cuentas de Navarra.»

En los primeros meses de 1980, la Diputación Foral iniciará las conversaciones con el Estado de cara a establecer los principios por los que se regirá el nuevo concierto económico con el Estado. Este sustituirá al de 1969 y estará presidido por la recuperación de nuevas competencias, que tendrán su traducción económica en el convenio y que deberán cuantificarse a la hora de fijar los términos del acuerdo con el Estado. «Ayer aprobamos en la Diputación las bases que fijarán el camino que habremos de recorrer de cara a lograr la reintegración foral plena, por lo que entiendo», precisa Lasunción, «que el concierto económico de 1980 será histórico para Navarra.»

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