El PS francés no apoya la manifestación comunista contra los "euromisiles>

El Partido Socialista francés (PS) no participará en la manifestación organizada, para hoy jueves, por el Partido Comunista francés (PCF) contra la instalación de nuevos misiles nucleares en Europa occidental, decisión esta última de la OTAN en su reunión de la semana última. Paralelamente, por la misma razón, el PCF ha depositado una moción de censura contra el Gobierno, que se debatirá hoy en la Asamblea y que los socialistas tampoco votarán.Ayer, a lo ancho de toda la primera página del diario comunista L'Humanité, se leía:«Un Hiroshima basta». No se trata más que del dato espectacular de la intensa campaña que, de repente, han desencadenado los comunistas galos contra la ampliación del arsenal atómico occidental decidido por la OTAN la semana pasada, en Bruselas. En su opinión, el Gobierno francés, que no pertenece a la organización militar de la Alianza Atlántica ni intervino en dicha decisión, «se ha hecho cómplice (porque pertenece a la Alianza) y acepta la transformación de Europa, y de Francia, en un campo de batalla atómico potencial, por cuenta de Estados Unidos y de la República Federal de Alemania».

En consecuencia, los comunistas, apoyados por un «histórico» despliegue de su prensa, han censurado al Gobierno y han convocado una manifestación para este jueves. La central sindical CGT, dirigida mayoritariamente por comunistas, firma igualmente la convocatoria al lado de una decena de organizaciones próximas al partido y poco representativas.

Repentinamente, tras dos años largos de discordias profundas, el PCF ha invitado a los socialistas a unirse a esta campaña. Anoche el PS decidió negarse a lo que estima como una maniobra más del PCF para descalificarlo ante los electores de izquierdas. Los socialistas piensan que el problema del armamento es grave, «pero no hay que observar sólo a Occidente, sino mirar hacia la URSS, en donde los misiles SS-20 apuntan hacia nosotros».

A nivel internacional, salvo los propios comunistas, toda la opinión francesa -socialistas incluidos- subraya «la convergencia de la política del PCF con la de la URSS».