Fernando Fernán Gómez interpreta y dirige "El alcalde de Zalamea"

La comedia dramática El alcalde de Zalamea, de Pedro Calderón de la Barca, se repone mañana en el Centro Cultural de la Villa de Madrid, en una versión dirigida por Fernando Fernán Gómez, que también interpreta el personaje de Pedro Crespo. En el reparto de la obra, que se representará durante dos meses, figuran además Joaquín Kremel, Emina Coben, Gabriel Llopart, Carmen Rossi, Marisa Tejada, Julio Sanchidrián, Fernando Ransanz, Manuel de Benito y José Barceló.

Fernando Fernán Gómez declaró ayer que una de las obligaciones de los hombres de teatro es ofrecer los clásicos al público actual, ser conocidos no sólo por el libro, sino a. través del escenario. «El teatro clásico me interesa como fenómeno. Son muy pocas las obras clásicas que me gustan del todo; El alcalde de Zalamea es una de ellas, y para un actor tiene además la interpretación de Pedro Crespo, uno de los personajes más atractivos de nuestro Siglo de Oro. Lo que más me preocupa es cómo dar un clásico de una forma clara y comprensible, pero sin traicionar el propósito del autor; buscar un término medio que sirva al público actual, sin que sea forzosamente actualizarlo. »En lugar de la versión de la obra que pudiera hacer un escritor o un poeta, el trabajo de Fernán Gómez es «una acomodación de hombre de teatro» en torno a la clarificación del texto y el ritmo escénico, junto a la disposición del escenario. «La obra tiene la ventaja de ser menos barroca que otras de la época, con un lenguaje más llano y sencillo. En cuanto a la dificultad de decir el verso, creo que no es por el verso en sí, sino por el estilo; en esta obra la versificación carga más los conceptos y las imágenes.»

El alcalde de Zalamea está considerada como una obra maestra. Calderón y Lope de Vega son los máximos dramaturgos de nuestro teatro clásico. «En la obra», señala Fernán Gómez, «todo gira alrededor de un suceso y un ambiente, y en este sentido Pedro Crespo se erige en protagonista; pero la acción no se concentra en el personaje, como ocurre en otras obras clásicas. En cierta manera, la obra parece de Lope. El tema del honor existe, pero el tratamiento externo del tema es más sencillo que en otros dramas calderonianos.»

Las líneas generales del montaje han sido la claridad y la sobriedad. «No he recurrido a un montaje naturalista; prefiero que se note que es teatro, una representación, aunque hay detalles realistas y naturalistas. A mí me gusta el teatro recargado y espectacular, pero en esta ocasión no lo considero adecuado. El teatro de la época era distanciado, por la utilización del verso. La interpretación pretende ser natural; la supuesta dificultad del teatro en verso se debe en gran parte a las escasas ocasiones que tienen los actores de interpretar teatro clásico. »

Los temas centrales de El alcalde de Zalamea son la honra y la oposición entre el poder militar y civil. «Estoy de acuerdo con los comentaristas al señalar que Calderón se limita en la obra a dar un mensaje de moral cristiana, que, por otra parte, era la moral de su época. »

Fernando Fernán Gómez vuelve a la interpietación escénica después de seis años; su último trabajo como actor fue en la comedia isabelina Los lunáticos. En estos años se ha dedicado a la dirección en teatro y cine. La pasada temporada dirigió ¡Abre el ojo!, de Rojas Zorrilla, para la programación del Centro Dramático Nacional, en el teatro María Guerrero. En cine dirigió e interpretó diversas películas; la preparación del montaje de la obra de Calderón coincidió con la terminación del rodaje de Cinco tenedores, una comedia de humor interpretada por Concha Velasco y José Sazatornil.

Manifiesta que el proyecto de El alcalde de Zalamea es muy antiguo, sobre todo por la interpretación del personaje. "Lógicamente, he tenido que esperar a tener la edad adecuada." Pocas horas antes del estreno se muestra satisfecho del trabajo con los actores y la puesta en escena, así como de sus propias aportaciones. Piensa que la obra puede interesar al público, en el contexto de una campaña de dos meses y a precios populares. Existe la posibilidad de llevar la obra a otras ciudades españolas.