El Estatuto de los Trabajadores
"(...) El Estatuto de los Trabajadores en un sistema democrático como el que las fuerzas de izquierda y progresistas estamos esforzándonos por construir, ¿puede ser un "bodrio" impuesto mediante combinaciones variables de votos parlamentarios? Sí, puede serio, como muestira lo que está sucediendo. (...)En la sociedad capitalista, un Estatuto de los Trabajadores no puede ser más que el resultado de la lucha de clases, de la relación de fuerzas; en esa sociedad. Pero ocurre que este estatuto concreto no está reflejando la realidad de fuerzas sociales en el país y en el Congreso. (...)
El caso es que UCD, autora de un proyecto regresivo de Estatuto de los Trabajadores, viene frotándose las manos al comprobar que ese proyecto no sólo está saliendo adelante, sino que le sirve al Gobierno, y a los grandes empresarios, para promover divisiones, polémicas, enfrentamientos -en este tema del Estatuto-, entre socialistas y comunistas, Comisiones y UGT.
¿Cómo no lamentarlo? ¿Y cómo no reaccionar, porque aún es tiempo, recuperando el entendimiento? Y si se persiste en la mala vía, la de privilegiar los acuerdos parciales con el Gobierno y la CEOE, ¿cómo extrañarse de que digamos a los que lo sufren, que lo recuerden y saquen las consecuencias cuando eligen sus representantes, como obreros en las fábricas ir como ciudadanos en las consultas electorales? (...)
En cuanto a UCD y la derecha-derecha, ¿con qué autoridad pueden negar a los trabajadores el ejercicio del derecho constitucional a participar en la discusión y decisión de una ley que les afecta directamente? La celyuera y el egoísmo de clase no debiera hacerles olvidar que la Constitución es de todos y para todos. Y que el interés nacional no es compatible con el "trágala", que el Estatuto de los Trabajadores aún podía no ser un "bodrio".»
17 de noviembre
