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La URSS reitera sus advertencias a la OTAN sobre la instalación de nuevos misiles

El tradicional discurso de la reunión solemne que se celebra en el Kremlin las vísperas del 7 de noviembre, aniversario de la revolución de octubre, fue ayer un homenaje a los quince años que lleva Brejnev en el poder y sirvió para lanzar nuevas advertencias a la OTAN y China. Leyó el informe Andrei Kirilenko, miembro del Politburó y secretario del Comité Central, en ausencia de Alexei Kossiguin, quien, al parecer, se encuentra enfermo y cuya última aparición en público fue el pasado 14 de octubre, con motivo de la visita a Moscú del presidente sirio, Hafez el Assad. A la reunión de ayer, en el palacio del Kremlin, asistió Leónidas Brejnev junto a otros miembros del Soviet Supremo.

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Kirilenko advirtió sobre los planes de la OTAN de instalación de nuevas armas nucleares norteamericanas en Europa, «lo que supondría», dijo, «alterar el equilibrio actual y aumentar el peligro de conflicto bélico. Si se da un nuevo paso en la carrera armamentista en nuestro continente, tomaremos las medidas necesarias para la seguridad de nuestro pueblo».Se refirió a la política hegemonista de Pekín y criticó también a los «círculos reaccionarios» que apoyan la militarización de la República Popular de China. Expresó los deseos de la Unión Soviética por mantener con este país una política basada en la buena voluntad de ambas partes y mejorar y restablecer las relaciones, para lo cual se llevan a cabo las actuales conversaciones de Moscú, aunque sobre los resultados se mostró cauteloso y afirmó que dependía de la disposición que los chinos adopten.

Como viene siendo tradicional, al hacer la referencia a China, el encargado de negocios, Tian Zeng Pei, abandonó la sala de congresos del Kremlin, donde se encontraba junto a las misiones diplomáticas acreditadas en Moscú.

Una y otra vez, Kirilenko citó en su informe los progresos conseguidos en todos los órdenes de la vida soviética, y subrayó que, después de la importante etapa inicial de Lenin, los logros fueron «grandiosos» a partir de la política definida en los XXIII, XXIV y XXV congresos del PCUS; precisamente los de la era Brejnev, a quien citó en numerosas ocasiones a lo largo de los sesenta minutos que duró su alocución.

Los progresos económicos de la URSS serán este año frenados, debido a la grave situación que atraviesa la agricultura, cuyo récord de cereales había sido establecido en 237 millones de toneladas en 1978. Las condiciones climáticas soportadas por el campo en los últimos doce meses rebajarán considerablemente esta cifra. En fuentes norteamericanas se ha señalado que la cosecha de 1979 será de 182 millones de toneladas.

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