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El productor Carlo Ponti defraudó gravemente al fisco italiano

Fue condenado a cuatro años de cárcel y a pagar 220 millones de pesetas

Juan Arias

El productor cinematográfico italiano Carlo Ponti «fue condenado en enero pasado, por los tribunales italianos, a cuatro años de cárcel y a pagar una multa de 220 millones de pesetas» por diversos delitos fiscales «graves» que van desde la cesión de derechos de algunas de sus películas al extranjero hasta haber exportado ilícitamente títulos de crédito. Los tribunales italianos que en la misma sentencia declaraban «inocente» de presuntos delitos fiscales a la esposa de Carlo Ponti, Sofía Loren, han hecho públicas las motivaciones y razones de la sentencia casi un año después de la celebración del juicio.

Tanto Sofía Loren como su marido fueron juzgados por irregularidades de tipo financiero. Fue un escándalo y un dolor en los hinchas de la Loren que, sobre todo en Italia, son muchos porque es considerada casi un «monumento nacional».Ahora, los jueces han puesto sobre el tapete todos los trapos sucios. Han publicado los motivos tanto de la absolución de la actriz, como de la condena, y muy considerable, del marido.

Lo cierto es que Sofía Loren se ha salvado, no por inocencia, sino por subterfugios jurídicos. Según el jurado, la actriz no puede ser perseguida por tener cuentas en Italia en moneda extranjera, ni por haber ocultado actividades comerciales en el extranjero, ni por traerse el dinero desde fuera, por el simple motivo que no tiene la residencia italiana. Es ciudadana francesa y tiene casi todos sus bienes en el extranjero.

Por lo que se refiere a Carlo Ponti, aunque también es ciudadano francés, en realidad, toda su actividad comercial la ejerce en Italia y, por tanto, podía considerársele como ciudadano italiano, por lo que estaría sujeto a las leyes del fisco italiano.

Según el tribunal que lo ha condenado, la vida de Ponti no ha cambiado desde que ha tomado la nacionalidad francesa y ha continuado viviendo en Italia con las mismas costumbres, asiduidad y tenor de vida de antes. Así lo demuestran los jueces con cinco pruebas: 1. La constitución de la sociedad Champion y de otras sociedades inmobiliarias controladas y dirigidas directamente por él. En este momento existen muchos problemas laborales porque Ponti ha considerado en quiebra a estas sociedades y mucha gente se ha quedado en la calle sin trabajo. 2. Una serie de declaraciones por parte de otros imputados. 3. Las innumerables operaciones de los bancos, controladas por los jueces. 4. Sus oficinas, a dos pasos del Campidoglio, el ayuntamiento de Roma, consideradas casi una provocación. 5. Su permanencia en el Grand Hotel de Roma, y en su lujoso chalé en los castillos romanos.

El tribunal ha considerado culpable a Carlo Ponti por haber trasladado al extranjero casi doscientos millones de pesetas por la cesión de las películas: Represalia, El dueño y el obrero, El puente de Cassandra, Un lugar ideal para matar y Giordano Bruno. Se le ha condenado también por haber utilizado en bancos italianos moneda extranjera por valor de 65 millones de pesetas y por haber exportado ilícitamente títulos de crédito por otros 85 millones de pesetas. Los jueces le han aplicado la violación de la ley 159 sobre la exportación de capitales.

Carlo Ponti sigue en libertad porque está en Francia. Por lo que se refiere a la multa de 220 millones de pesetas, si no la paga le serán embargados todos los bienes que posee en Italia. Hay quien dice que los 220 millones de multa son para el productor italiano-francés como una bolsa de caramelos. No la quiere pagar sólo por berrinche.

Aquí lo importante es que la gran Sofía haya sido considerada «inocente» hasta por los jueces. La gente la perdona siempre porque, dicen, «un cuerpo así no se puede nunca condenar». Es difícil, en Italia, asesinar un «mito».

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