"La Constitución no resolvió los grandes debates nacionales", afirma Martín Villa
«La discusión constitucional no consiguió configurar el gran debate nacional sobre los modelos de sociedad que había que ofrecer a los españoles. El texto aprobado responde más a mutuas concesiones coyunturales que a ideas de conjunto. Esa es la razón por la que temas tan fundamentales como el concepto de nacionalidades, el modelo social, la libertad de enseñanza, la pena de muerte, la defensa de la familia o el tema del aborto, continúan siendo objeto de polémica y discusión, y no temas resueltos con la aprobación constitucional. »
Esto dijo el dirigente de UCD y ex ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, en la conferencia que pronunció ayer en el Club Siglo XXI, bajo el título «¿Es posible la libertad?» De la Constitución añadió el conferenciante que le merece un juicio total positivo, si bien el procedimiento de elaboración no fue el más acertado, porque restó crédito político y autoridad moral al Parlamento, al introducir la práctica del consenso. «Este», añadió, «terminó el 25 de octubre.»Consideró Martín Villa que la evolución de un régimen de poder personal a un sistema inequívocamente democrático es un objetivo cumplido. «Hemos llegado a la democracia, como justamente aspiraba la mayoría del pueblo español, y hemos llegado indemnes en lo sustancial», agregó, «impulsados decididamente por el viento de popa de un Rey consciente del papel que debía jugar.»
Seguidamente afirmó que la democracia es inseparable de la libertad, pero que ésta implica obligaciones. Insistió en que no hay democracia sin libertad, «más no es menos cierto que sin igualdad no hay avance social». A este respecto, defendió la política fiscal como el mejor instrumento para lograr una mayor justicia y moral social en los sistemas democráticos.
Se lamentó después de que el materialismo se ha adueñado de las sociedades industriales, y de que el relativismo ha puesto en tela de juicio los valores que hacen posible la convivencia. Ante ello se imponen tres objetivos: conseguir una sociedad justa en lugar de simplemente permisiva, preservar la significación ética de la democracia y rematar la construcción de un Estado abierto a todos.
Democracia y libertad
Más adelante indicó que no merece la pena perder más tiempo en discutir si el sistema democrático se ha consolidado o no. «El problema ahora está en nuestra crisis económica y social, porque las instituciones, incluidas las democráticas, tienen valor, conservan vigencias y cuentan con arraigo, si son capaces de resolver efectivamente los problemas.»El segundo gran problema es el de las autonomías, o más exactamente la proliferación de las demandas autonómicas, que puedan poner en peligro la funcionalidad del Estado. Ante la tarea de consolidar este asunto, dijo que una manera de potenciar la unidad nacional puede y debe ser el reforzamiento de la personalidad de nuestros pueblos según sus características propias.
A modo de resumen de su disertación, el dirigente centrista dijo que, efectivamente, la libertad es posible, siempre que se cumplan cuatro condiciones: asentar la libertad en cimientos sólidos de igualdad y justicia, resolver a tiempo y positivamente el problema de las autonomías, superar la crisis económico-social, y concebir la libertad como un bien del que sólo se obtiene beneficio si se ejerce de acuerdo con las reglas establecidas.
«Si yo estuviera en la piel del presidente Suárez, no haría ningún cambio de Gobierno», comentó después Martín Villa en la cena que siguió a la conferencia; «pero, de hacerlo, incluiría a representantes vascos y catalanes. Y no llamaría a catalanes para que se ocuparan del departamento de Comercio, sino del de Interior, Justicia o Defensa, es decir, allí donde hay que hablar de España y de la patria».
El ex ministro hizo este comentario durante una exposición en la que abundó en la idea de que son necesarias serias cautelas en cuanto al ritmo de las autonomías no históricas. «UCD», dijo también, «es impensable sin Suárez.»
Por su parte, el dirigente socialista Enrique Múgica afirmó que «la libertad también habría venido con los socialistas, aunque más tarde», y destacó el ejemplar comportamiento de la central sindical socialista -«allá los comunistas con la suya»-, así como su opinión de que las autonomías pueden fragilizar la unidad de España, pero a causa de posturas reaccionarias del Gobierno, que no hace traspasos generosos y rápidos de competencias.
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