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Calma y expectación por los índices de abstención en el referéndum de Euskadi

En un ambiente distendido y de calma -al que ha contribuido la aparente tregua de ETA (m)-, pero también en medio de una intensa expectación electoral, afrontan hoy más de un millón y medio de vascos -según censo- el referéndum del Estatuto de Autonomía. Aunque los resultados del sondeo realizado por el Consejo General Vasco (CGV) sitúan los topes de participación y abstención en un 60% y un 40%, respectivamente, y aunque reúna un contenido optimismo entre las fuerzas del sí nadie se atreve a afirmar que la suerte está echada. Habrá, pues, que esperar a los resultados de las urnas para saber si el Estatuto de Guernica supera el listón de la abstención.

Obsesión común de los partidos que propugnan el sí y los que optan por la abstención es capitalizar el porcentaje del 15% del censo indeciso que los sondeos del CGV apuntan. Este sector que duda parece compuesto en su mayoría por población inmigrante que habita los barrios que rodean a Bilbao, Vitoria y San Sebastián.La crónica de las últimas jornadas de la campaña de las fuerzas pro Estatuto podría titularse «Todos contra la abstención». El mensaje de los carteles, anuncios en prensa y mítines ha sido: participar frente-contra la abstención, que de alguna manera puede proporcionar el «triunfo moral» a Herri Batasuna. Al CGV no le importa el voto en blanco o el no; su enemigo es la abstención. Así, el referéndum ha quedado reducido finalmente a una pugna de actitudes. «No nos importa que el no alcance niveles por encima del 5%», comentaba ayer un portavoz del organismo preautonómico; «queremos que la abstención no llegue, en ningún caso, al 40 %. »

Contra la abstención, las fuerzas pro Estatuto y el CGV han empleado todas las armas: medios económicos, espacios gratuitos en prensa, radio y televisión y, fundamentalmente, el voto por correo, que según estimaciones puede alcanzar cotas entre el 7% y el 10% de la votación. En una «operación de rastrillo», un equipo de personas ha recorrido, caserío por caserío, todas las zonas rurales invitando a votar por correo.

Durante quince días se han incluido en periódicos y emisoras de radio (Radio Nacional incluida) anuncios en los que se ha invitado al voto por correo, para el que se daban toda clase de felicidades. Hasta un centenar de centros -lonjas con teléfonos, batzokis (centros sociales del PNV), casas del pueblo, sedes de partidos en capitales y pueblos- había dispuestos para arreglar todos los trámites al interesado. Unicamente debían presentar en los mismos una fotocopia del carné de identidad, tomar una de las tres papeletas ofrecidas y guardarla en un sobre de votación. Del resto se encargaban los centros citados, que funcionaron hasta medianoche de ayer.

Estas facilidades parecen «excesivas» a las fuerzas abstencionistas que, al contar con escasos interventores en los colegios, se han apresurado a denunciar lo que consideran un «pucherazo institucional». «El voto por correo», declararon el martes dirigentes de partidos abstencionistas, «es una muestra más dentro de las condiciones antidemocráticas en que se va a desarrollar el referéndum». Aquellos denunciaron también el hecho de que Carlos Garaikoetxea haya enviado, junto a los sobres con papeletas a todos los domicilios, una carta en la que el presidente pide que se vote «libre, pero responsablemente ».

El CGV se defiende de estos ataques afirmando que «lo que llaman pucherazo no puede darse sino en las mesas electorales, en las que todos los partidos tienen representantes».

Ayer, un diario vasco publicaba dos anuncios significativos. En uno de ellos Herri Batasuna se dirige a sus interventores y apoderados, rogándoles que observen con rigidez las normas para la votación por correo y anulen las votaciones que no se ajusten a las mismas. Los tres partidos abstencionistas (HB, LKI y EMK-MC) incluyen otro anuncio en el mismo diario, en el que llaman a su interventores y apoderados a que recojan listas de todos los votos emitidos por correo para enviarlas luego a las sedes respectivas, «a fin -dice el texto-, de darles el uso conveniente. »

Esta actitud de los abstencionistas, que han anunciado su intención de publicar las citadas listas, fue calificada ayer por el director del departamento de Interior del CGV, José Manuel Epalza, como «una amenaza y una coacción a los votantes».

Otra arma contra la abstención ha sido, en las últimas horas, el teléfono. Instalados en lonjas dispuestas por el CGV, señoritas, guía en mano, han llamado por teléfono, uno por uno, a los abonados, recordándoles el horario de votación del referéndum: «Es una atención», aclaraban, «del Consejo General Vasco».

Sorprende a los observadores extranjeros -un centenar de periodistas se han desplazado a Bilbao-, la calma que vive Euskadi en días anteriores al referéndum. Este ambiente distendido está muy directamente relacionado con la aparente tregua observada por ETA militar, la tranquilidad en la calle y la notable permisividad gubernativa a los actos organizados por Herri Batasuna. Los riesgos de que el clima se distorsionase han sido previstos al máximo-por el CGV, que ha presionado insistentemente al Gobierno en este sentido. La detención, ayer por la mañana de un dirigente de Herri Batasuna, el abogado Iñaki Esnaola, podía haber enturbiado el ambiente. Sin embargo, significativamente, a las pocas horas, era puesto en libertad.

En esta misma línea, es de destacar la discreta vigilancia de las FOP en las calles. Aunque los efectivos se han intensificado, su presencia es menos espectacular que en otras ocasiones. Sólo algunos controles de rutina en las salidas de Bilbao evidencian la existencia del plan especial de seguridad habitual en las elecciones. Por medio de una nota, el CGV anunciaba ayer que en los colegios electorales no habrá hoy fuerzas policiales uniformadas.

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