Faustino Cordón: "El intercambio cultural con la URSS puede ser ejemplar"

Recientemente se ha constituido la Asociación España-URSS, que es una réplica a la que con el mismo carácter viene funcionando en la Unión Soviética desde hace un año. La presidencia de la Asociación Española ha sido encomendada al científico español Faustino Cordón, quien cree que el intercambio cultural entre ambos países puede ser en estos momentos ejemplar. José F. Beaumont ha pedido al presidente que amplíe detalles sobre este tema.

«El intercambio cultural entre España y la Unión Soviética puede ser en estos momentos enriquecedor, ya que nosotros podemos aprender de su organización -la cultura está orientada por un proyecto general-, mientras que España puede ofrecer la experiencia de pensadores y creadores individualistas y aislados que tal vez podrían ayudar a los soviéticos a fecundar y renovar alguna de sus líneas de pensamiento.»«En la actualidad», añade Faustino Cordon, «somos dos países en cierto modo muy complementarios en relación con la cultura. En la URSS tienen una organización básica bien clara, que propone unas orientaciones sobre las que confluyen las actividades individuales. En este sentido, la capacidad creadora de los soviéticos está apoyada en la actividad general. Por el contrario, España, que está en un gran bache de actividad cultural, lo único que puede ofrecer en estos momentos son individuafldades. Aquí tenemos brotes aislados de cultura producidos, la mayoría de las veces, como resistencia al desorden exterior. El Estado debería aprovechar estos movimientos en lo que tengan de útiles para el orden general.»

La Asociación España-URSS ha nacido para promover el intercambio con la cultura de la URSS, y se apoya sobre «las relaciones culturales desvinculadas de todo sentido político ("yo mismo no pertenezco a ningún partido político", dice Faustino Cordon), aunque en la junta directiva existen representantes de diversos partidos, entre ellos UCD y PSOE, y de algunas centrales sindicales».

«La Asociación tiene un propósito difícil y delicado. Quisiera que fuera el vector que condujera a las principales personalidades, las más abiertas y creadoras de la actual cultura soviética, hacia España.»

Entre los proyectos concretos de la Asociación figuran la organización de cursos y conferencias, y su posterior edición en libro, impartidos por los pensadores y científicos más relevantes de la Unión Soviética, por una parte, y por España, de la otra, becas de intercambio, intercambio de grupos turísticos, de formación científica, especializada, de profesionales (médicos, arauitectos, ingenieros ... ), intercambio de exposiciones, películas, conciertos... «Podríamos aprender mucho, no sólo de los hechos culturales, sino también del modo como se produce esa cultura.»

Faustino Cordon acaba de hacer un viaje por la Unión Soviética con otros miembros directivos de la Asociación. ¿Ha podido comprobar de alguna manera si existe algún interés real en la Unión Soviética por la cultura española? «Es sorprendente el interés que existe allí por lo español, empezando por lo clásico. Por ejemplo, este año se ha representado la obra de teatro El perro del hortelano, de Lope de Vega, doscientas veces en Moscú y, además, en veinte teatros de provincias. Durante los pocos días que estuvimos pudimos ver fragmentos de cuatro comedias de Lope y uno de Tirso de Molina. En la URSS tienen una simpatía romántica por la cultura española.»

Naturalmente, entre la Asociación española y su Asociación hermana de la URSS existen grandes diferencias, al menos de forma. La Asociación de la URSS tiene edificio propio, setenta funcionarios y depende directamente del Estado. Se inscribe en el tipo de asociaciones de amistad -cerca de cien- que mantiene la URSS con otros países. El presidente de esta Asociación, científico destacadísimo y cordial, profesor Ochinikov, es el vicepresidente de la Academia de Ciencias de la URSS. «La Asociación española», dice Faustino Cordón, «que podría tener antecedentes en el Comité Hispano-Inglés o en la Spanish Society, aunque cuenta con el apoyo de las embajadas soviética y española, apenas tiene medios.»

Para Faustino Cordon, que desea que se repitan aquellos tiempos de estudiante, «cuando pude oír en Madrid a Einstein, madame Curie, Chesterton, Breson, Valéry o Claudel», la apatía cultural de la mayoría de la juventud de hoy sólo se puede eliminar por la acción. La acción que inmediatamente crearía unos objetivos y una moral. «El joven actual tiene la misma capacidad creadora y de entusiasmo que los de mi generación; lo que pasa es que no lo sabe, y nadie le ayuda a descubrirla.»

«Tanto en este terreno», termina Faustino Cordon, «como en el de la inadecuación de la producción de hombres de ciencia a la actividad pública haría falta un programa nacional que intentara promover y recoger la capacidad creadora de este país para aplicarla, con sentido de utilidad, a las necesidades del presente.»