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Crítica:CINE/ "PASIONES EN JUEGO"
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Amor en Wimbledon

Mientras Dean-Paul Martin, (cantante e hijo de Dean Martin juega con Guillermo Vilas, famos jugador de tenis, el imaginario final del campeonato de WimbIedon, recuerda, mediante el conocido y hoy algo olvidado procedimiento de las vueltas hacia atrás, su obsesión por el tenis y por Ali Mac Graw, actriz y ex mujer del productor Robert Evans.Si el aficionado al tenis logra salvar estas convenciones cinematográficas, quizá consiga divertirse viendo jugar a Pancho González, Ion Tiriac, llie Nastase, al citado Guillermo Vilas y, sobre todo, Dean-Paul Martin. Pero al aficionado al cine le costará más trabajo entretenerse, pues tiene que salvar el tenis, una envejecida Ali Mac Graw y el acartonado Maximilian Schell, y como único atractivo tiene la presencia de Peter Ustinov y Liv Ullman entre el público, la aparición del famoso productor mexicano Barbachano Ponce como jugador de póquer y un nuevo reciclaje del tradicional esquema norteamericano para películas sobre héroes deportivos.

Pasiones en juego (Players)

Director: Anthony Harvey. Guión: Arnold Schulman. Productor: Robert Evans. Música: Jerry Goldsmith. Intérpretes: Ali Mac Gravv, Dean-Paul Martin, Maximilian Schell. Estados Unidos, 1979. Locales de estreno: El Españoleto, Madrid-3 y Mola.

Aunque inglés, Anthony Harvey pertenece a ese grupo de directores extranjeros que trabaja para las grandes compañías norteamericanas. Si su obra se caracteriza por algo es por la disparidad. Debuta con Dutchman (1967), una adaptación de un drama racial de Leroi Jones rodado de forma independiente, y su segunda película es El león en invierno (1968), una de esas plúmbeas superproducciones que cuentan la historia de Inglaterra. Luego hace El detective y la doctora (1970), una aburrida comedia sobre el personaje Sherlock Holmes, para pasar a Abdicación (1973), una película histórica que es su mejor trabajo, pero también un fracaso que le mantiene varios años apartado del cine. En Pasiones en juego se limita a cumplir malamente el extraño encargo de Robert Evans, que une difícilmente a su ex mujer con el tenis.

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