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Tribuna
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Mayor interés por construir el futuro que por condenar el pasado

Si los vencedores del dictador hubieran dedicado los primeros días de su llegada al poder a la tarea de la venganza, su actitud habría producido una reacción similar en el pueblo llano, y el país aún estaría sumido en un poco positivo proceso de ajuste de cuentas. Los dirigentes sandinistas, y aun sus combatientes más feroces, prefirieron, sin embargo, seguir al pie de la letra su lema de «implacables en el combate y generosos en la victoria » y establecieron un clima de moderación y de templanza que ha sorprendido a la mayoría y es alabado por todos. Resulta, en efecto, poco usual, después de una época de represión indiscriminada y de una guerra cruel como pocas, que no se hayan producido represalias generalizadas. En los primeros días de la victoria sandinista hubo, sí, algunas ejecuciones sumarias, pero no pasaron de ser hechos aislados.Las cárceles están, por supuesto, atestadas de ex guardias nacionales, de elementos paramilitares, de conocidos torturadores o funcionarios corruptos colaboradores del somocismo. Pero son muchos más los que pudieron salir del país, contando incluso con la «vista gorda» de las nuevas autoridades, y los que se refugiaron en embajadas extranjeras, con la misma anuencia sandinista.

Muchas personas siguen buscando aún a familiares desaparecidos, los diarios publican todos los días series de fotografías, la mayoría correspondiente a jóvenes, para averiguar algún dato sobre su paradero o su suerte. El Ejército y la policía sandinista descubren con frecuencia lugares donde aparecen enterrados jóvenes, con señales de torturas, cuya identidad no será conocida, probablemente jamás.

Florece la vida nocturna

A pesar de todos estos tristes recuerdos, a pesar de las escaseces y carencias, el optimismo predomina. Han abierto la mayoría de las tabernas, bares y restaurantes, llenos a rebosar a cualquier hora del día. La plaza de los músicos, lugar tradicional de reunión de los noctámbulos, donde por unos pocos córdobas puede contratarse a un conjunto músico vocal (que ahora incluyen en su repertorio canciones revolucionarias), está repleta de gente que liba flor de caña y escucha guitarras y voces. Incluso está abierto el Rincón Español, en otro tiempo punto de cita de somocistas, y cuyo propietario, Julio Tirado, que figuraba en todas las listas como un «perseguido» de los sandinistas por sus estrechas relaciones con el dictador huido, se pasea tan campante por las calles de Managua.

Infinito, que siempre fue la discoteca preferida por los jóvenes, ha abierto igualmente sus puertas, aunque restringe a jueves, viernes, sábado y domingo los días de espectáculo. Los cines están muy concurridos en las tres sesiones, que incluyen una nocturna. En la cartelera del día 27 del mes pasado figuraban, entre otros, los siguientes títulos, que en alguna forma podrían corresponder a las de una ciudad de provincia española arrobada por el «destape»: El superdotado sexual, Siete noches de amor en Japón, Desnudos contra la pared, Las turistas quieren guerra, Tres chicas complacientes, Placeres de mujer.

También ha contribuido al clima de normalidad la disminución de la ostentación de armas. En las semanas siguientes al triunfo sandinista, el despliegue de metralletas, pistolas, cuchillos, fusiles, era pavoroso. En cualquier esquina podía el paseante encontrarse a un jovenzuelo, pañuelo rojinegro al cuello, empuñando un mortífero Galil o un Fal, de tamaño muy superior al de su talla. Todo eso se ha reducido. El Gobierno está empeñado en conseguir que no lleven uniforme mas que los autorizados para hacerlo, es decir, soldados del Ejército regular, policías sandinistas y los 1.500 milicianos a los que se va a censar uniformar y acreditar para que cumplan funciones diversas.

Clarificación ideológica

La gente lee con avidez los periódicos y escucha las emisoras de radio, en libertad ya para realizar sus programas después de mes y medio de obligada «cadena nacional». La vedette sigue siendo La Prensa, que otrora dirigiera Pedro Joaquín Chamorro, cuyo asesinato (de cuya autoría intelectual se ha acusado formalmente a Anastasio Somoza Portocarrero, hijo del dictador) encendió la chispa de la lucha final. El periódico tiene nuevas instalaciones, en un local contiguo al que fue destruido por la Guardia Nacional.

La Prensa ha asumido una posición de «apoyo crítico» a la revolución y en sus últimos editoriales ha insistido en la necesidad de que se produzca una clarificación ideológica del nuevo sistema. Barricada es el órgano oficial del FSLN. Es claramente un periódico de partido, cuyo formato, diagramación e impresión recuerda vagamente al Gramma cubano. Completa la terna de los diarios editados en Managua Pueblo, de escasa circulación, cuya posición es crítica hacia el Gobierno, por lo que ellos consideran «tibieza» de las nuevas autoridades en el proceso de cambios en la sociedad nicaragüense. Tomás Borge y los editorialistas de Pueblo andan permanentemente a la greña. Borge les llama «idiotas ultraizquierdistas».

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