Grave tensión en la zona de la reforma agraria portuguesa

La situación de tensión creada en la zona de la reforma agraria en el Alentejo portugués, a consecuencia de los incidentes que causaron, el jueves, la muerte de dos trabajadores agrícolas, obligaron a la primera ministra portuguesa a aplazar en veinticuatro horas su viaje a Nueva York, donde participará en la actual reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas. El día de ayer ha sido señalado en todo el Alentejo por manifestaciones y huelgas. En Montemor o Novo el comercio cerró sus puertas en señal de luto y todas las organizaciones políticas y sindicales y el Ayuntamiento llevaban banderas a media asta. En numerosas empresas de todo el país se registraron paros simbólicos, pero los dirigentes sindicales no parecen dispuestos a endurecer la situación, como intentan las organizaciones de la ultraizquierda, que propusieron una huelga nacional para hoy, día de los funerales de los dos trabajadores muertos en Montemor

El Gobierno portugués ha ordenado una investigación para averiguar las responsabilidades en el enfrentamiento que tuvo lugar entre fuerzas de la Guardia Nacional Republicana y trabajadores de la Unidad Colectiva de Producción (UCP), que lleva el nombre del anterior secretario general del Partido Comunista Portugués (PCP), Bento Gonzalves, en Montemor o Novo. El Gobierno expresó su simpatía y pesar a las familias víctimas de las situaciones de violencia que se vienen registrando en los últimos días.

Violentos enfrentamientos

En efecto, si los incidentes del Alentejo han sido los más graves, por el número de muertos y heridos, no han sido los únicos. En los alrededores de Lisboa, la restitución a sus antiguos propietarios de la fábrica metalúrgica Corame ha dado lugar, a violentos choques entre las fuerzas policiales y trabajadores de ésta y otras fábricas vecinas. En el noreste de Portugal ha sido interrumpida la circulación de los trenes y levantadas barricadas, para protestar contra la supresión de una línea de interés local, y allí también se han registrado cargas de las fuerzas policiales.

Con todo, la muerte de los trabajadores rurales de Montemor ha sido condenada unánimemente por todos los partidos y sindicatos. Álvaro Cunhal ha sido recibido personalmente por la primera ministra, a quien expresó la preocupación del Partido Comunista por el clima de violencia que amenaza con acompañar la próxima campaña electoral.

Por su parte, Mario Soares, secretario general del Partido Socialista portugués, que se encuentra en Madrid para asistir como observador al Congreso Extraordinario del PSOE, declaró ayer a EL PAIS, sobre los recientes acontecimientos lusitanos, que «lamenta profundamente lo ocurrido» y que su partido propugna «una política de diálogo para evitar los enfrentamientos y la violencia como la que se ha destado en el Alentejo». «Sólo la negociación», añadió Soares, «puede y debe solucionar estos problemas. »

Mientras tanto, en Lisboa, la patronal agrícola portuguesa (CAP), ha vuelto a responsabilizar al Gobierno y al Partido Comunista (PCP), por las consecuencias de los referidos incidentes, según informa la agencia Efe.