_
_
_
_

Convocatoria de un extraordinario de la Universidad de Bilbao

La publicación en el Boletín Oficial del cese del hasta ahora rector de la Universidad de Bilbao, Ramón Martín Mateo, decidido en el Consejo de Ministros de la semana pasada, ha coincidido con la entrada en funciones del equipo de tres vicerrectores que cubrirá el interregno hasta la elección del nuevo rector. Pese a este carácter transitorio con que inicia su gestión, el nuevo equipo deberá abordar durante la misma los graves problemas derivados de la institucionalización de la universidad vasca en el marco del Estatuto de Autonomía.El señor Martín Mateo anunció ya a comienzos del curso pasado su intención de renunciar al cargo para reintegrarse a su cátedra de Derecho Administrativo. Sin embargo, la ausencia de candidatos hizo que no prosperase un primer intento de elección por parte del claustro. Ante esta situación, la junta de gobierno de la Universidad de Bilbao acordó, en una reunión celebrada en mayo pasado, proponer al rector la prolongación de su mandato hasta el comienzo del curso 1979-1980. El señor Martín Mateo aceptó a condición de que fuera nombrado un equipo de vicerrectores con capacidad para desempeñar las funciones propias del rectorado hasta que -ya con arreglo a unos estatutos aprobados por el claustro- púdiera procederse a la elección del sustituto.

El nuevo equipo está integrado por Gregorio Monreal, profesor de Historia del Derecho en la facultad de San Sebastián, senador en la anterior legislatura; Gonzalo Martín Guzmán, profesor de Termodinámica, y Luis Mitxelena, catedrático de Lingüística de la Universidad de Salamanca, profesor actualmente en la facultad de Letras de Vitoria y considerado como la máxima autoridad mundial en filología vasca. La personalidad de este último, viejo combatiente nacionalista durante la guerra civil, condenado a muerte en 1939 y que llegaría a ser secretario particular del principal líder del PNV en el interior, Juan Ajuriaguerra, hizo que durante los últimos años su nombre fuera siempre evocado a la hora de adelantar la figura que podría ostentar el cargo de primer rector de una universidad vasca democrática. Sin embargo, su resistencia a aceptar el nombramiento determinó la opción transitoria que ahora se pone en marcha.

Este período de transición se caracteriza por la inexistencia de un marco institucional estable. El Estatuto vasco reconoce a la comunidad autónoma la «competencia exclusiva en materia de enseñanza en todos sus niveles», pero añadiendo que tales competencias deberán ejercerse «sin perjuicio de lo establecido en el artículo 27 de la Constitución». Dicho artículo determina a su vez que el «reconocimiento de la autonomía de las universidades» se realizará «en los términos que la ley establezca». Todo depende, pues, de la anunciada ley de Autonomía Universitaria, que esta misma semana será estudiada por el consejo de rectores, y que se espera pueda pasar a las Cortes antes de fin de año.

De ahí las dificultades con las que habrá de enfrentarse el nuevo equipo encargado precisamente de preparar la institucionalización de la universidad vasca en un marco jurídico todavía poco definido y desde una situación de interinidad. Por ello mismo, la primera iniciativa del equipo de vicerrectores ha sido la convocatoria de un claustro extraordinario, previsto para el mes de noviembre, en el que se someta a votación el proyecto de nuevos estatutos que ha venido elaborando una comisión paritaria integrada por representantes de todos los estamentos universitarios. Dicho claustro deberá pronunciarse también sobre la ratificación o no del equipo actual como fórmula transitoria hasta que, en aplicación de los nuevos estatutos, pueda elegirse al nuevo rector.

El nuevo equipo se enfrenta ahora al reto de intentar la adaptación de la universidad a las necesidades socioculturales actuales de la sociedad vasca. A la tradicional desconexión entre una y otra se unen, entre otros problemas adicionales, la falta de tradición universitaria de una zona que ha dependido hasta hace poco de otros distritos y el carácter de «universidad de paso» que ha tenido habitualmente para catedráticos e in-

A todo ello debe unirse la competencia que representa la presencia de las universidades confesionales de los jesuitas y del Opus Dei, pues a nadie se le oculta que un fracaso de la universidad vasca favorecería las expectativas de quienes se oponen a la desprivatización de la enseñanza.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_