Peter Bogdanovich rompe el cerco de Hollywood
Los críticos de cine italianos acaban de conceder, en la Mostra de Venecia, un premio a Saint Jack, de Peter Bogdanovich. Orson Welles le llamó niño prodigio cuando tan sólo contaba diecinueve años. Otros le han denominado repetidamente genio. Pero quizá es este un calificativo que Peter Bogdanovich, al menos aparentemente, no soporta.En Deauville, donde ha presentado su película, ha citado a su ídolo Orson Welles. «Orson Welles ha dicho que las personas se dividen en tres clases de géneros: masculino, femenino y actor. Dado que este último», dice Bogdanovich, «va unido con frecuencia a los dos anteriores, yo intento, como director, que la gente descubra el actor que lleva dentro.»
Peter Bogdanovich debutó como actor en 1955, en el American Shakespeare Festival, y a los diecinueve años puso en escena la obra de Clifford Odets El gran cuchillo, al mismo tiempo se afianzó como periodista, ensayista y crítico cinematográfico.
El productor Roger Corman se interesó por él y le pidió que escribiera el escenario de Angeles salvajes. Bogdanovich hizo su debut de cineasta como responsable del segundo equipo de esta película. En 1969, Corman produjo el primer filme. de Bogdanovich, Targets.
A partir de entonces, la producción de Bogdanovich se ha caracterizado por la inestabilidad económica y por la lucha contra los presupuestos. El hecho de que sus dos últimas películas, Por fin, el amor y Nickelodeon, protagonizadas por Burt Reynolds, hayan sido deficitarias o no tan rentables como esperaban los productores, quizá ha motivado que Saint Jack se haya rodado con poco dinero. «Creo que por fin he roto el cerco en el que me había atrapado Hollywood y he conseguido hacer el cine que a mí me gusta.»
Pelo canoso, gafas semioscuras, aspecto de hombre de negocios que no pierde el ritmo del humo de su habano (el mismo interminable habano que fuma en la película -«de aquellos de antes de Fidel y de Kennedy», dice-), Peter Bogdanovich no se avengüenza de aclarar: «Con un pequeño presupuesto no se puede contratar a mucha gente, aunque parezca que, por el contrario, se corren menos riesgos. En definitiva, un filme con un pequeño presupuesto te obliga a inventar salidas y situaciones, a encontrar para los problemas soluciones más originales que las que te pueda dar un paquete suplementario de dólares. ¿Me pregunta usted que si tiene esto algo que ver con el hecho de que yo interprete un papel en esta última película? Ya lo creo que sí. Cuando teníamos todo el equipo de rodaje en Singapur nos falló uno de los actores previstos, Charles Grodin. Rápidamente hubo que buscar a alguien, y como Bogdanovich es el actor que más barato le podía salir a Bogdanovich realizador...; además, me acordaba de lo que me había dicho un día Jean Renoir: "De cuando en cuando deberías actuar como intérprete en tus propias películas".»
El filme de Bogdanovich. mantiene que el Gobierno norteamericano apadrinaba las casas de placer en Vietnam para uso de los soldados americanos mientras éstos disfrutaban de un corto permiso. Paul Theroux, autor del libro Jack el magnílfco, que ha inspirado el filme, afirma también que el Gobierno de EEUU creó «y controló» centros de reposo y recreo en ciudades exóticas del Extremo Oriente, como Hong-Kong, Bangkok y Singapur.
«Las autoridades de Singapur», dice Bogdanovich, «se oponían a cualquier versión cinematográfica del libro. Tuvimos que presentarles un guión completamente cambiado. Por eso andan ahora detrás de mi cabeza, tras haberme llamado públicamente mentiroso.»
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