Michelín, en Madrid
El traslado del domicilio social de la empresa Michelín desde Vitoria a Madrid provocó reacciones de desasosiego en los círculos empresariales vascos, véase el comunicado de la Cámara de Comercio de Bilbao, y preocupación en el Consejo General Vasco porque la desdomiciliación provocaría que esta empresa pagase unos impuestos (impuestos de sociedades, indirectos, etcétera) allí donde estuviera su domicilio social (fiscal).Finalmente, las aguas han vuelto a su cauce, y esta empresa aclaró que trasladaba exclusivamente su sede administrativa, continuando en Vitoria su sede social y fiscal. Con lo cual parece que todo ha acabado, y no es así, sino todo lo contrario. Y comienza la polémica.
Porque, para seguir con el ejemplo, Michelín vende sus productos en todo el territorio estatal, y es el consumidor local el que paga todos los impuestos que graven dichos bienes, y la empresa Michelin sólo hace de recaudador, con lo cual, son los territorios donde están domiciliadas las empresas los que estadísticamente pagan más impuestos, aunque realmente habría que especificar que recaudan más impuestos, porque pagar, pagamos todos.
Si no se hace esta distinción Madrid, Barcelona y Bilbao disfrutarán de unos ingresos que Castilla, Andalucía, Galicia... habrían sufragado, y las desigualdades territoriales aumentarían.
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