Los "gags" de Lester
Dado a conocer por las películas que hace con The Beatles, ¡Qué noche la de aquel día! (1964) y ¡Socorro! (1965), donde crea un nuevo tipo de comedia musical sin interés, copiado hasta la saciedad, Richard Lester se consagra internacionalmente al ganar la Palma de Oro en el Festival de Cannes con The Knack (1965), una floja adaptación de la obra homónima de Ann Jellicoe. A partir de este momento, su carrera empieza a declinar, los continuos gags que jalonan sus historias cada vez más son algo ajeno a ellas que entorpece su desarrollo, y sus modestas pretensiones de autor carecen de interés.Tras un paréntesis de cuatro años, Lester reaparece al frente de asépticas y bien rodadas superproducciones: Los tres mosqueteros (1973), El enigma se llama Juggernaut (1974), donde de su anterior etapa sólo queda su peculiar y chirriante humor, que ahora emplea para distanciar el tema e introducir una cierta visión crítica. Sus nuevas películas, obras de sus productores, como muestra especialmente su anónimo trabajo en Superman (Richard Donner, 1978), están mejor hechas, pero siguen sin tener interés, aunque entre ellas está Robin y Marian (1976), su mejor trabajo.
Los primeros golpes de Butch Cassidy y Sundace (Butch and Sundance: The Early Days)
Director: Richard Lester. Guión: Allan Burns. Música: Patrick Williams. Fotografia: Laszlo Kovacs. Producción: Gabriel Katzka, Steven Bach. Intérpretes: William Katt, Tom Berenger. EEUU, 1978. Locales de estreno: Paz, Richmond
Dada la moda actual de segundas partes de películas de éxito, los productores deciden hacer una continuación en tono de comedia de Dos hombres y un destino (George Roy Hill, 1970), y encargársela a Lester. El resultado es Los primeros golpes de Butch Cassidy y Sundance, que, como indica su título, cuenta el encuentro e iniciales andanzas de la famosa pareja de pistoleros protagonista de la anterior. Bien realizada, a pesar de un exceso de gags que en la primera parte destruye el relato, su mayor atractivo reside en la larga secuencia final del asalto al tren, donde los gags son divertidos, apropiados y están bien situados.
Babelia
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