"Siete días de enero", de Bárdem, galardonada con el Gran Premio del Festival de Moscú

La película Siete días de enero, que narra el atentado terrorista perpetrado hace dos años en Madrid por un comando de ultraderecha contra un grupo de abogados, fue galardonada ayer con el Gran Premio del Festival de Moscú. La obra, del realizador español Juan Antonio Bardem, fue una de las tres películas que obtuvieron tal consideración. Las otras dos fueron Cristo si e fermato en Eboli (Cristo se paró en Eboli), del italiano Francesco Rossi, y Cine amateur, del polaco Krystof Keszlewski. Informa desde Moscú Ismael López Muñoz.

«Creo que el jurado del Festival de Moscú ha sabido valorar en Siete días de enero que es la primera película española en la cual se nota que el dictador ha muerto», dijo Juan Antonio Bardem a EL PAIS, al conocer que había conseguido el primer premio del Festival. La estancia del director español en Moscú ha servido para concretar su participación en dos películas: una coproducción hispano-soviética sobre la muerte de García Lorca y la represión en Granada durante la guerra civil y otra película producida por los soviéticos, y que será dirigida por Bardem, sobre los niños españoles que vinieron a la URSS en 1936.Es la segunda vez consecutiva que Juan Antonio Bardem recibe el primer premio en el Festival de Moscú. En 1977 se le otorgó por su película El puente. «Mis enemigos», nos dice, «ahora tienen ocasión de decir: "Cómo no le van a dar el premio a Bardem, si es comunista." En caso de no haberlo conseguido, su argumento hubiera sido: "Fíjate si será malo que ni los comunistas le premian." Ahora que también, ha sido galardonado Francesco Rossi espero que se reconozcan los aciertos de mi película.»

En relación con el, desarrollo del Festival de Moscú, que terminó ayer, después de dos semanas de proyecciones, el director español premiado nos comenta: «Es una muestra diferente, pero muy importante. Junto a películas de gran calidad, comparables a cualquier festival, en Moscú se presentan aquellos países que están iniciándose en este arte y es el único lugar donde podemos apreciar los primeros pasos de países subdesarrollados y el gran esfuerzo para conocer y aplicar las técnicas de este arte como medio de expresión de sus problemas.»

Siete días de enero, que fue rechazada en Cannes, por considerar que no era suficiente la calidad de los actores y la mezcla de cine documental con la realidad, ha sido acogida por la crítica soviética con especial entusiasmo. Durante las últimas semanas, los medios de información han dedicado elogiosos comentarios y críticas a la película, actores y, sobre todo, al director, que ha sido uno de los principales personajes del festival.

La reacción de "Izvestia"

«Es una película valiente, honrada; documental sereno y de protesta», señaló Izvestia, quien resaltaba la atmósfera de lucha y las batallas de la clase obrera a través de las manifestaciones y las reuniones del sindicato. El crítico Timafei Levchuk se entusiasma al hablar de la manera con que Bardem dibuja los acontecimientos de 1977. «Cuando aparecen las caras serias de los trabajadores», escribe el crítico, «y los puños levantados, recuerdo los lejanos años treinta, la crónica rodada por los cineastas soviéticos que entonces estuvieron en España combatiendo, e involuntariamente me salen las palabras resueltas y llenas de ira: "No pasarán".»Le preguntamos a Bardem si considera que ha sido un premio político, para aliviar posibles tensiones que existen entre el PCUS y el PCE. «Eso sería una interpretación maliciosa», contesta. «No hay que buscarle motivaciones políticas, aunque yo parto de la base que todo el cine es político, no sólo el que dicen que hacemos los llamados rojos, sino todo ese cine que, bajo el emblema de comercial, no deja de ser político.» Por último, que Siete días de enero será vendida a la URSS y a la mayoría de los países socialistas y que a primeros de septiembre será proyectada en la inauguración del Festival de Montreal.

Los otros premios

Los otros dos primeros premios del Festival de Moscú son también otorgados a películas que expresan un compromiso con la sociedad. En la película de Rossi, Cristo se paró en Eboli, nos cuenta la vida de los comunistas italianos en la época de Mussolini, una historia hecha para la televisión y cuya duración, de cinco horas, se ha comprimido en dos horas para el cine comercial, a pesar de lo cual sigue siendo una narración demasiado lenta. En el pequeño pueblo de Eboli casi no pasa nada en la vida cotidiana de un pueblo atemorizado, que ve en la llegada de políticos deportados una esperanza para mejorar su existencia.La polaca Cine amateur, de Krystof Keszlewski, primera película de este director, que trabajaba en televisión y en cine documental, se expresa la vida de un joven que busca en el arte, más que la expresión estética, la posibilidad de ganar dinero. Durante una etapa de transición, en la que su vida sufre algunos quebrantos, el protagonista se propone participar en la comunidad no como simple actor, sino en una nueva concepción para el mejoramiento social a través de unos ideales que sirvan para conseguir un futuro mejor para todos. Ha sorprendido la visión progresista de este joven director de un país socialista.