Posibles rastros vikingos en Perú
Una misteriosa tribu de gigantes, que se asegura son rubios, volvió a poner de moda en Perú el boom de los descubrimientos arqueológicos sensacionales, muchas veces frustrados.
Una expedición franco-peruana de siete personas se internó en la selva del departamento de Madre de Dios, al sureste de Lima, en busca de una tribu de gigantes de más de dos metros, tras hallarse huellas de más de cincuenta centímetros de largo.
Estos gigantes, que hace unos años «aparecieron» en las selvas del departamento norteño de San Martín, secuestrando mujeres en las cercanías de la ciudad perdida de Pajaten, parece haberse trasladado ahora a la selva de Madre de Dios.
Se dice también que los gigantes de ese lugar se relacionan con la leyenda de hombres rubios de gran estatura, que podrían ser descendientes de los vikingos que quedaron anclados en Perú hace siglos.
La existencia de los audaces navegantes de la antigüedad fue promovida por el francés Jacques de Mahieu, en dos libros, sobre su presencia en América.
Los vikingos llegaron a América del Norte, lo que parece probado, y luego descendieron hasta Yucatán y de allí pasaron a América del Sur. Los barbudos dioses blancos, Queztalcoatl y Viracocha, de México y Perú, descenderían así del recuerdo de esos vikingos.
Según Jacques de Mahieu, los hombres del Norte o normandos, subieron también en sus naves, los drakkars, por el Amazonas, hasta la selva amazónica.
Siempre de acuerdo a esa versión y de otros autores como Pierre Carnac, los vikingos fueron reyes de la enigmática civilización de Tiahuanaco, en el altiplano peruano-boliviano, y emperadores incas hasta que fueron expulsados y posiblemente exterminados.
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