_
_
_
_
_

Guinea pide a España que medie ante EE UU

La llegada a Malabo del secretario de Estado para Asuntos Exteriores, Carlos Robles Piquer, a bordo de un avión de Iberia cargado con treinta toneladas de artículos alimenticios, medicinas, e incluso «casettes» y discos -desde hace años no hay corriente eléctrica en la isla-; la aparición en la capital insular de Clara, la esposa embarazada, y dos hijos de Macías, y la del médico personal del derrocado presidente, a quien calificó de maníaco depresivo, eran ayer en Malabo las noticias más relevantes.Del vuelo de Iberia, que inició el regreso por la noche, tras dejar a un pequeño grupo de diplomáticos que nutrirán la embajada, vuelo en el que también viaja el subsecretario de Comercio, Blas Camacho, fueron descargados los paquetes sobre unos camiones en los que se pegaron carteles donde se leía: «Donativo del pueblo español a Guinea Ecuatorial», que pasearon por la ciudad hasta los almacenes. Nada más descender del avión, Robles Piquer destacó que el cargamento que traía era un mensaje de buena voluntad del pueblo español al de Guinea. Durante la mañana se en trevistó con el presidente del Consejo Militar Supremo, teniente coronel Teodoro Obiang Nguema. Los principales resultados de este encuentro han consistido en el re conocimiento por parte de España del Gobierno de Guinea Ecuatorial, el envío inmediato de un embajador español a Malabo y el deseo de las nuevas autoridades guineanas de que España interceda ante Washington para que restablezca relaciones diplomáticas con el nuevo Gobierno, fueron al gunos de los puntos tratados entreambos.

Más información
Cinco mujeres en la vida del dictador

Pasa a página 2

Macías prosigue su huida con cincuenta hombres de escolta

(Viene de primera página)En toda la capital guineana se escuchan comentarios relativos a la fuga hacia la selva del derrocado presidente Macías. Su mujer Clara, que le abandonó en Mongomo recientemente, llegó a esta ciudad el viernes, acompañada de dos de sus hijos y en estado de gestación procedente de la capital gabonesa. Agustín Loery, de cuarenta años, licenciado en Medicina por la Universidad de Madrid y médico personal del depuesto Presidente logró huir de la región de Mongomo, en donde estaba condenado a muerte, y escapó el viernes pasado. Ayer, en Malabo, dijo que Macías «está intentando huir como una fiera enjaulada», acompañado por una guardia de cincuenta hombres, un buen surtido de provisiones y un reducido número de vehículos, ya que carece de combustible. Tras referirse a que sus manías y depresiones psicóticas se habían intensificado en la última etapa, señaló que el principio del fin se inició para él cuando, a diecisiete kilómetros de Bata, su guardia personal fue casi completamente mermada por el fuego enemigo en Monte Bata.

En un principio su médico personal calificó a Macías de "loco secular" aunque reconoció que la salud del dictador no va a ser un obstáculo que permita capturarlo En estos momentos manda su guardia el teniente Eyang Ondo y dispone de unos cincuenta hombres. El encargado de negocios de Cuba en Malabo desmintió rotundamente el que Macías mantenga rehenes, entre ellos veinte cubanos, ya que toda la representación cubana en el país no excede de esta cifra.

Mongomo, la región más castigada

La verdadera región mártir de esta guerra ha sido Mongomo, que en la etapa anterior llegó a tener una población de 15.000 habitantes y hoy se encuentra semidesierta, abandonada por sus moradores, que en ocasiones yacen muertos en plena calle por disparos o por inanición. Cientos de personas, sobre todo mujeres y niños de cortísima edad, han muerto intentando desesperadamente cruzar el río que separa Mongomo de Gabón Las mujeres guineanas se enfajan a sus niños en la espalda y muchísimos de ellos han perecido en las aguas al romper las fajas los impetuosos saltos del caudaloso torrente.

Para el doctor Loery el número de muertos es muy superior al de mil y puede aproximarse al de 2.000. La situación sanitaria del país en general, y de Mongomo en particular, es en los últimos meses catastrófica, con epidemias de pollomielitis -cuarenta casos registrados en Mongomo-, tifus, sarampión y tos ferina. Los más dañados son, pues, los niños. Hay más de mil casos de lepra y la fiaría acarrea lesiones de todo tipo, entre éstas, manifestaciones elefantiásicas, que dejan los miembros inferiores abultadísimos, o escrotos del tamaño de balones de fútbol. La mortalidad infantil perinatal en el momento de nacer es de las más elevadas del mundo: mueren sesenta de cada mil niños que nacen.

El agua es insalubre y, de no tratarse de un país con abundantes productos tropicales, como el cacao, las bananas y las papayas, su población habría desaparecido hace ya varios años, por la carestía generalizada de alimentos de otro tipo. No hay medicinas ni vacunas, existe una únicalínea telefónica desde la isla y las carreteras que quedan en el territorio continental han sido obstruidas o son pasto de la selva, que todo lo cubre.

Nadie sabe cuál será el próximo movimiento del depuesto dictador, ni si logrará sobrevivir a su propia suerte, ahora decididamente adversa. De ser capturado en Gabón, su suerte no sería mejor que si resultara detenido en Camerún. Existe la remotísima posibilidad de que atraviese uno de estos países y alcance la frontera de la República Centroafricana, donde no es seguro que obtuviera refugio.

Se especula con la posibilidad de que una avioneta haya recogido a los fugitivos en un claro de las Impenetrables selvas de la provincia de Mongomo y los haya sacado al exterior. Lo más preocupante sería que el ahora enfurecido dictador lograse con las divisas robadas al pueblo componer un ejército de mercenarios e intentara un contragolpe. «Nadie quiere pensar en la sinfonía de sangre y de dolor que ello supondría, en medio de su delirio paranoide, al verse derrotado y expulsado por su pueblo, dada la férrea tiranía con que lo aplastó durante todos estos años», nos ha dicho un joven militar del Ejército guineano. Las nuevas autoridades dan garantías de que la situación está completamente dominada y que este supuesto resulta muy remoto.

En cuanto a la situación política en la capital, Malabo, aunque es cada vez más tranquila, no acaba de despejarse toda la incertidumbre que pende sobre este infortunado país. El tan precipitadamente supuesto entusiasmo popular no saltará definitivamente a los rostros de los guineanos hasta que no sepan con certeza que el dictador ha sido capturado o ha abandonado definitivamente y para siempre el país. La misión de su búsqueda le ha sido encomendada al comandante Oñaña, que ayer salió de Malabo hacia Bata, mientras el nuevo jefe del Consejo Militar, teniente coronel Teodoro Obiang Nguema, conversaba largamente con el secretario de Estado español. Circulan las primeras listas de ministros del nuevo Gobierno, sin que por el momento haya nada oficial a este respecto. Una de las personalidades cuyo nombre más se oye es Félix Mesa Bill. Ayer se supo que al país han regresado también Daniel Oyono, el doctor Sitoca y varios exilíados más. También se encuentra en libertad Norberto Nsue. Paulatinamente, pero con mucha lentitud, la vida va cobrando su curso normal en la antigua Guinea española.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_