Un mozo, herido grave por un toro de Martínez Benavides

El encierro de ayer tuvo sus visos trágicos. Un joven de veintiocho años, Ignacio Marrodán Goicoechea, de Pamplona, fue alcanzado por uno de los toros de la ganadería de Martínez Benavides en la cuesta de Santo Domingo, en donde hubo múltiples caídas de corredores. Ignacio Marrodán, con una herida profunda en el brazo derecho, fue ingresado en el Hospital de Navarra, siendo su pronóstico grave. No menos de Veinte personas fueron atendidas, al finalizar el encierro, en centros clínicos de contusiones y golpes.Después de que los veterinarios de la plaza de toros de Pamplona rechazaran tres de los siete toros que Francisco Martínez Benavides había enviado a los sanfermines, el encierro de ayer se corrió únicamente con cuatro astados. Como todos los días, a las ocho de la mañana se abrieron las puertas de los corrales del Gas para que la manada iniciara la carrera hasta la plaza de toros. Pero el encierro de ayer tuvo sus complicaciones, ya que cada uno de los toros fue a su aire. El primero que sahó enganchó en la cuesta de Santo Domingo a Ignacio Marrodán, que quedó tendido en el suelo. Unos metros más adelante, el toro se iba al suelo, instantes antes de que parte de la manada pasara por aquel punto. El toro fue arrollado por sus hermanos de camada y los mansos, mientras un buen número de mozos estaban ya en el suelo, después de una caída múltiple.

Ya en la Estafeta, uno de los morlacos adelantó a los cabestros, realizando el recorrido por libre y dando sustos. Este toro barrió materialmente la calle, ya que al no ir arropado por los mansos hizo una carrera al trote, mirando continuamente a los dos lados de la calle. Afortunadamente, sólo se registraron algunas caída y golpes sin importancía. El resto de la manada, también a su aire, corrió por la Estafeta con normalidad, entrando en la plaza con orden y directamente a los corrales.

Para mañana, serán únicamente cinco los miuras que participarán en el encierro. Desde que los toros de esta ganadería llegaron a Pamplona, uno de los morlacos tuvo dificultades para acoplarse con el resto, por lo que tuvo que ser separado. Por esta circunstancia, mañana no hará el recorrido con el resto del lote en el encierro, sino que será llevado directamente a la plaza de toros en un camión.

El primer herido grave del encierro, José Manuel Fernández, de Granada, que fue alcanzado en el cuello el pasado domingo, se recupera favorablemente. José Manuel Fernández ha hecho unas declaraciones a un diario local en las que cuenta que se encontraba en la plaza de toros porque había quedado allí con un amigo que le había buscado trabajo como cocinero en Pamplona. El cocinero granadino, que se encuentra en paro, tuvo la desgracia de cruzar por delante del callejón de la plaza cuando entraba Ollero, un toro de la gandería de Guardiola, que se fue directamente por él. Fernández no había visto nunca un encierro, y la primera vez que estuvo cerca áe los toros se convirtió, involuntariamente, en protagonista.

Ayer fue el día de los abuelos. Las personas de la tercera edad salieron por Pamplona con su propia pancarta, como una peña más, acompañados por cientos de mozos con sus bandas de música. Después de una comida al aire libre en los jardines de la Vuelta del Castillo, los abuelos se fueron a los toros. Por supuesto, que a los tendidos de las peñas, en la solana.