Carter intenta mejorar su imagen política
Recluido en la residencia de descanso de Camp David, junto a sus más cercanos colaboradores, el presidente Jimmy Carter estudia las fórmulas posibles para hacer frente a la crisis energética y para recomponer, de cara a las elecciones de 1980 y antes de que sea demasiado tarde, su gravemente deteriorada imagen política.
Desde que el pasado jueves suspendiera, de forma repentina e inesperada, el discurso televisado sobre la situación energética, Carter sigue encerrado en la residencia presidencial, situada en las montañas Catoctin, al norte de Washington. Con él están recluidos, y aparentemente seguirán durante los primeros días de la semana próxima, sus consejeros más íntimos: Hamilton Jordan, Jody Powell, Stuart Eizenstat, todos ellos de la llamada mafia de Georgia, y altos miembros de su administración, como Zbigniew Brzezinski y el vicepresidente Walter Mondale.La precipitada cumbre doméstica tiene lugar cuando los últimos sondeos de opinión muestran que la popularidad del presidente está en su punto más bajo, con sólo un 24% de opiniones favorables a su gestión. En el Gobierno Carter existe conciencia clara de que si no se emprende una serie de acciones audaces, con resultados espectaculares e inmediatos, el presidente tiene perdida la reelección quizá incluso la nominación como candidato de su partido.
El diario Washington Post publicó ayer un memorándum confidencial de la Casa Blanca en el que se aconseja a Carter que eche la culpa de la escasez de gasolina y la crisis energética a la OPEP y se le recomiendan una serie de medidas para enfrentar la grave situación política.
Firmado por Stuart Eizenstat, su consejero para Asuntos de Política Interior, el memorándum dice textualmente al presidente que las colas en las gasolineras es lo que más ha «frustrado, confundido e irritado a los norteamericanos », y que la culpa, para la opinión pública, la tiene Jimmy Carter.
«Nada de lo que ha hecho la Administración hasta la fecha -escribe Eizenstat en el memorándum revelado por el Post- ni el acuerdo con la URSS, ni Oriente Próximo, ni el caso Lance, ni los tratados sobre el canal de Panamá, ni los enfrentamientos con Kennedy, ni siquiera la inflación de dos dígitos ha añadido tanta agua a nuestro barco ... »
El documento confidencial recomienda al presidente que utilice el alza del precio del petróleo acordada por la OPEP como el punto de partida para una nueva política energética. Un alto funcionario declaraba ayer que lo que se está preparando en el retiro de Camp David «afectará a la vida de los norteamericanos en lo que resta de este siglo».
Carter suspendió un discurso que debía haber pronunciado el domingo en Louisville (Kentucky) ante una reunión de goberdencia veraniega, donde se traba invitó a ocho gobernadores a Camp David. Del mismo modo, altos miembros de la Administración son convocados a la residencia veraniega donde se trabaja febrilmente, con un sentimiento de que esta es la última oportunidad.
Significativamente, el secretario de Energía, James Schlesinger, no ha sido invitado a Camp David, lo que ha avivado los rumores sobre su cese y sustitución, quizá por el actual secretario de Defensa, Harold Brown. Carter, que creó este Ministerio de Energía y se lo dio a un republicano como Schlesinger, dice tener total confianza en el antiguo director de la CIA, por lo que tal vez no le eche del Gobierno, sino que le cambie de cartera.
Mientras se mantiene un total silencio sobre lo que se está fraguando en Camp David, los rumores apuntan a un programa de conservación de energía, que permita cumplir la promesa hecha por Carter en Tokio, de reducir las importaciones de petróleo hasta 1985, y a una remodelación del Gobierno y del staff de la Casa Blanca, en la que saldría reforzado Hamilton Jordan, asesor político del presidente.
Pero lo más interesante será ver cómo se presenta ese programa ante la opinión pública y qué «acciones audaces» emprende Carter para recobrar su desaparecido prestigio. Una intervención del presidente ante las cámaras de televisión se da como segura para mediados de mes, quizá para presentar el plan energético, y no se descarta que anuncie su candidatura para la reelección.
En el memorándum interno, Eizenstat recomienda a Carter que hable de energía en todas sus próximas intervenciones públicas, lo que llevará al éxito su programa, junto con la identificación de los «malos» de la historia.
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