España y Nicaragua

Me siento en la obligación de puntualizar la información publicada el sábado en EL PAÍS en torno a una pregunta relativa a si el Gobierno español insistía en la conveniencia de no romper relaciones diplomáticas con Nicaragua.Creo que el espíritu de mis declaraciones y la afirmación de no romper relaciones diplomáticas con aquel país hermano están suficientemente recogidas en la información que figura en la página 3 del periódico de hoy. En cambio, creo que no se transcriben con exactitud unas palabras mías que se entrecomillan y se utilizar de forma que pueden alterar el verdadero sentido e intención de lo que yo dije.

A tu disposición, por si lo estimas preciso, tengo en esta Secretaría de Estado la cinta magnetofónica de la rueda de prensa, así como su correspondiente transcripción. En ella, al reseñar la no conveniencia de la ruptura de relaciones, se dice que: «El Gobierno ha insistido, como señalé la semana pasada, en orden a la no ruptura de relaciones diplomáticas con Nicaragua, entendiendo que este es un tipo de actuación que pocos resultados prácticos conlleva, mientras que sí ha quedado perfectamente claro el extraordinario esfuerzo y la eficacia de nuestra representación en Nicaragua, que es la delegación que más está contribuyendo a la defensa de los derechos humanos y, en definitiva, a la acogida de los enemigos del régimen de Somoza, a los que garantiza el estatuto de protección y, en muchos casos, la propia salida del país, y entonces, a la vista de tales casos, parece que es adecuado el mantener esa situación, dados los resultados.»

En definitiva, la expresión que utiliza tu periódico de «estar ayudando» tiene connotaciones muy distintas; a la exacta expresión de «acoger a los enemigos del régimen de Somoza», que es la que exactamente utilicé.

Como se trata de un asunto harto delicado, te ruego formules la aclaración pertinente, puesto que están en juego intereses que, insisto, están especialmente encomendados a nuestra delegación diplomática en Managua y que podrían verse entorpecidos por una información incorrecta.

(Secretario de Estado para la Información)