_
_
_
_
Finaliza "Holocausto", pero sigue la polémica / y 2

Los niños: entre el horror y la curiosidad

Un niño de cuatro años ve Holocausto y pregunta: «¿Cuáles son los buenos? ¿Y los malos?»Parece que un niño, a una edad en que todavía no puede discernir con claridad determinadas cosas, sí tiene bien definida la asociación de la idea de la violencia a la de maldad. Pero parece también que, a causa de tanto telefilme simplista de tiros y brutalidades, de buenos y malos, un niño de cuatros años ya no sabe si es bueno o malo el policía que mata, el terrorista que mata, el delincuente simpático que mata, el pistolero que mata, el vaquero que mata, el robot que mata, el arquero que mata, el lancero que mata...

Sin embargo, para niños mayores, con una mayor capacidad de juicios, la cosa está más clara. Así, entre niños y niñas de doce y trece años del colegio nacional Sainz de Vicuña, del barrio de Moratalaz, el criterio más generalizado resulta ser el de esta niña: « Después de ver esta película, no sé si pensar que los alemanes eran personas o animales. Me inclino más por lo último», comenta una niña.

Son muy pocos los niños de cuatro años que ven la televisión a las once de la noche, Son, en cambio, muchos los niños que, a partir de los ocho años, se han enterado de esta serie televisiva.

Son muy pocos los muchachos que podrían decir: «Yo estoy muy cansado después de venir de la calle y, ¿a quién le apetece ponerse a ver la tele?..», como dice, por todo comentario, uno de los 73 alumnos encuestados en el citado colegio.

Tampoco supone una mayoría en los niños el caso que refleja este otro chico: «Yo no lo veo, no porque no me dejen mis padres, Sólo porque mi hermano se tiene que ir a trabajar y se tiene que levantar muy temprano, y como se acuesta en la cama mueble que está en el comedor, pues se tiene que acostar pronto y entonces no lo puedo ver, porque la tele está allí. Pero me gustaría mucho verlo porque, según oigo, está muy bien.»

La gran mayoría de los niños ha visto Holocausto. Sus padres no se lo impiden o, incluso, se lo aconsejan.

«Mis padres me han dicho que no quieren que vea algún capítulo, porque creen que es demasiado para mí. »

«Para mí es una película que no se debería poner en televisión, porque los niños pequeños lo pueden tomar a diversión y de mayores pueden hacer cosas brutales como esas.»

«Yo creo que los niños la pueden ver y que, además, no debía poner dos rombos, porque eso hace que muchos padres, sin llegar a ver la película, ordenen que se vayan sus hijos a la cama. Creo que los niños deben verlo, porque esto es verdad y algún día nos tenemos que enterar.»

«La dureza de algunas de las imágenes de esta serie es agarrotadora y puede herir nuestra sensibilidad, aun cuando sepamos que ya nada se puede remediar.» Esta joven añade: «Pero yo pienso: quien sufra viéndola, ¡que no la vea!, y a quien la serie le agrade, ¡hala!, delante de la pantalla y a aguantar el sueño hasta que termine. »

No faltan niños que, sencillamente, se preguntan: «¿Por qué matan a los judíos y a nosotros no? ¿Quién es holocausto? Estas preguntas yo creo que se las hace todo el mundo. O bien: «Ahora yo me pregunto: como nosotros (España) hagamos lo mismo que los nazis y los judíos, destruiremos España, y con poco que se extienda, todo el mundo. ¿Qué es holocausto? Es un animal que mataban los judíos y lo quemaban para hacer una ofrenda a Dios. »

Aunque la mayor parte de los niños no hacen distingos e identifican el genocidio con los alemanes, un número considerable de estos colegiales deslinda el tema y responsabiliza exclusivamente al régimen nacionalsocialista, Algún niño alude especialmente a la pasividad judía. Y todos, en general, hablan de que han visto «cosas tan horribles e inhumanas, que casi no cabían en nuestra mente».

Más información en última página

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_