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La gente, hambrienta, saquea mercados en Managua

El hambre ha hecho su aparición en Managua, donde los saqueos de mercados de abastos y alimentos se han generalizado en las últimas horas. La guerra prosigue en cinco frentes distintos. En Managua, donde por lo menos 15.000 mujeres y niños permanecen refugiados en instalaciones de la Cruz Roja en medio de una gran escasez de agua y alimentos, los combates continúan, ahora centrados sobre un haz de barrios. La lucha guerrillera la dirige personalmente uno de los máximos dirigentes del Frente Sandinista, Tomás Borge. Por otra parte, informa desde Washington que el secretario de Estado, Cyrus Vance, reveló ayer que su Gobierno ha pedido a Somoza que reflexione sobre la situación en Nicaragua y los medios de evitar la toma del poder «por elementos radicales».

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"Incluso si dimito, no habrá paz en Nicaragua"

En una conferencia de prensa celebrada en Washington, Vance expresó la «preocupación» de Estados Unidos por los acontecimientos de Nicaragua y se mostró partidario de la búsqueda de una tregua a través de la Organización de Estados Americanos (OEA).El jefe de la diplomacia norteamericana se negó a decir si su Gobierno ha pedido abiertamente la dimisión del dictador nicaragüense, pero confirmó la petición de «profunda reflexión». Hasta el momento, la fórmula norteamericana para evitar la toma del poder por las guerrillas sandinistas pasaba por la dimisión de Somoza y la formación de un Gobierno de la oposición moderada, con el apoyo de la Guardia Nacional.

Cyrus Vance hizo un llamamiento en su conferencia de prensa para que se detenga el envío de armas a los dos bandos y aseguró que Norteamérica no entregará armas a Somoza. El secretario de Estado no citó a ningún país, aunque se sabe que Israel ha sido en los últimos tiempos una fuente importante de suministro para la Guardia Nacional somocista.

Mientras tanto, otros ochenta ciudadanos norteamericanos fueron evacuados ayer de Managua, desde el aeropuerto privado de la familia Somoza, ante la imposibilidad de utilizar el internacional de Las Mercedes por la cercanía de los combates.

Durante la mañana del martes, como una prueba de que la situación es realmente crítica, centenares de managüenses saquearon el mercado Oriental, el más populoso de la ciudad, y varios supermercados situados en distintos barrios. Muchas pulperías, como aquí se conoce a las pequeñas tiendas de abastos, sufrieron también las consecuencias del hambre popular.

En la sede de la Cruz Roja y en el seminario mayor de Managua, donde buscan refugio los miles de habitantes de Managua que han huido de sus lugares de residencia, los problemas alimenticios y médicos han comenzado a sentirse. Las reservas de alimentos que tiene dicha organización alcanzan escasamente para tres días más y se componen exclusivamente de arroz y frijoles, dieta totalmente inadecuada para las decenas de niños menores de cinco meses que se encuentran refugiados.

Los responsables de la Cruz Roja nicaragüense esperan que el mundo comprenda la magnitud de la tragedia que viven miles de familias de este país y que esa comprensión se traduzca en ayuda de todo tipo para resolver las necesidades más perentorias. «Necesitamos sobre todo víveres y medicinas», pidió Leopoldo Navarro, secretario general de la Cruz Roja de Nicaragua.

Pocas perspectivas

El horizonte de las soluciones rápidas a la guerra nicaragüense sigue tan oscuro como en los días anteriores. A estas alturas del conflicto, el Gobierno del general Anastasio Somoza parece decidido a terminar la insurrección por la única vía de las armas. Como los guerrilleros que ocupan numerosos barrios de la capital sostienen idénticos planteamientos, las perspectivas de arreglo, en uno u otro sentido, son escasas.Para reforzar la guarnición de la capital, la Guardia Nacional replegó a Managua el grueso de las tropas que estuvieron combatiendo durante los últimos días en la frontera sur.

Deserción de un piloto que se negó a bombardear

Las acciones bélicas que, sin duda, tienen su escenario más serio en la capital de Nicaragua, pasaron a segundo plano en el comentario general ante las noticias de la sorprendente huida a Costa Rica de un avión de la Fuerza Aérea nicaragüense. El piloto del aparato, capitán Lara, habló por radio y televisión en Costa Rica en la noche del martes. Aseguró que había tomado la decisión de desertar después de recibir la orden de descargar bombas en la ciudad de Matagalpa y que ya no soportaba más la presente situación, de la que están siendo víctimas, niños, mujeres y hombres inocentes.No es fácil interpretar el alcance de la deserción del capitán Lara y menos aventurar que su gesto corresponde al principio de una descomposición en el seno de las Fuerzas Armadas. Observadores internacionales consultados coinciden, en su mayoría, en que se trata de un gesto aislado y que, aunque es posible que sentimientos similares existan en la mente de otros militares, es muy superior al ánimo de cohesión y unidad de aquéllos. Este hecho es básico para entender en todo su alcance la crisis de Nicaragua. Mientras Anastasio Somoza cuente con el incondicional apoyo de la Guardia Nacional, como hasta ahora ha sucedido, será muy difícil que el presidente de Nicaragua tome una iniciativa de abandonar el poder.

Nicaragüenses detenidos en Madrid

Los hermanos Elliot y Rimer Cordero, abogados de nacionalidad nicaragüense asilados en España desde el pasado mes de diciembre y acogidos al Estatuto de Refugiados, fueron detenidos el viernes, 8 de junio, en Madrid, por estancia ilegal en nuestro país, y permanecen en la prisión de Carabanchel desde entonces.Ambos abogados se hallaban a la espera de la emisión de normas legales de aplicación de la Convención de Ginebra sobre Refugiados -que hasta ayer no entraron en vigor en España-, para adecuar sus documentaciones caducadas. Desde su detención, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados, desde su oficina madrileña, gestiona su puesta en libertad cerca del Ministerio del Interior.

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