"La religión no debe tener carácter estatal"

«Ninguna confesión religiosa debe tener carácter estatal. » Para el profesor Antonio Hernández Gil, ex presidente de las Cortes, está claro que la libertad religiosa es un derecho de los individuos y las comunidades, pero con un contenido específico situado más en el fuero interno de las personas que en el campo de la intervención directa del Estado, de lo que se deriva, en consecuencia, la no obligación de declarar acerca de la religión como otro aspecto de la tutela de la libertad.El tema de la libertad religiosa considerado desde un punto de vista jurídico y específicamente constitucional en su relación con el respeto social fue expuesto ayer por el profesor Hernández Gil en la segunda jornada del Simposio Nacional sobre Libertades personales y convivencia social, que concluye hoy sus sesiones en el Instituto de Ciencias del Hombre, de Madrid.

Tras hacer un análisis de la libertad y la igualdad como valores superiores del ordenamiento jurídico y su realización como derechos inherentes a la persona, el señor Hernández Gil estudió los precedentes constitucionales en el tratamiento del Estado y la persona respecto a la religión, para terminar examinando el contenido y alcance de la libertad religiosa, la exteriorización de esta libertad y las limitaciones del orden público en relación con el respeto social.

En segundo lugar intervino Juan Luis Cebrián, director de EL PAIS, quien desarrolló el tema Libertad de expresión y tolerancia social ordenada. Para Juan Luis Cebrián « La libertad de prensa -una de las condiciones básicas del ejercicio democrático- no es sino uno de los aspectos de la libertad global, y los índices de libertad de expresión son, en general, índices de comportamiento democrático de una sociedad.»

«Pero libertad y democracia», añadió el director de EL PAIS, «no son separables del concepto de responsabilidad. El límite tradicional de la libertad de cada cual -termina allí donde empieza la de los demás- sigue siendo válido en el análisis del comportamiento social de los medios de comunicación. Pero responsabilidad no significa sometimiento a unas normas morales o convencionales establecidas que se resisten a ser cambiadas.»

Después de calificar a la prensa como un verdadero contrapoder, Juan Luis Cebrián terminó su intervención señalando que la prensa es motor activo de las transformaciones, y que por ello necesita una gran dosis de educación cívica por parte de los periodistas y lectores. «Las cotas de tolerancia social en nuestro país son todavía extremadamente bajas. El secuestro de la libertad y sus formas por individuos y grupos de distinta ideología dificulta enormemente el desarrollo de la libertad de expresión. »

Por su parte, Javier Tusell, director general del Patrimonio Artístico, Archivos y Museos, desarrolló el tema Igualdad social y libertad de enseñanza, en relación directa con el texto constitucional. Se mostró partidario de un «pacto escolar pragmático», que no se base en fundamentos ideológicos.