Alarma por el desarrollo de la marina de guerra soviética
Un nuevo modelo de submarino atómico soviético, más ligero y rápido que los norteamericanos, y la presencia de unidades navales rusas, incluido un portaaviones, en aguas cercanas al golfo Pérsico constituyen un doble motivo de preocupación para los estrategas del Pentágono, ante lo que consideran un importante desarrollo de la marina de guerra soviética.El submarino atómico de ataque, construido recientemente por la Unión Soviética, puede moverse sumergido a una velocidad de cuarenta nudos y alcanzar una profundidad de más de 2.000 pies (unos seiscientos metros). Los submarinos norteamericanos más modernos, como el modelo Los Ángeles tienen al parecer dificulta des para llegar a una velocidad bajo el agua de 35 nudos y no pueden descender a profundidades comparables a las del soviético.
Según fuentes gubernamentales, que revelaron la existencia de este submarino a la cadena de televisión CBS y al diario Washington Post, los soviéticos han construido el casco del nuevo sumergible de titanio, lo que le permite resistir grandes presiones y disminuye su peso. Pero, además, el nuevo submarino ruso parece contar con un modelo de reactor altamente perfeccionado, que le dota de mucha mayor potencia y velocidad.
El momento elegido para filtrar la noticia coincide con la publicación de un uniforme de la marina norteamericana, en el que se recomienda la construcción de submarinos más pequeños que los gigantescos Trident y Los Angeles, que costarían un 20% o un 30% menos y efectuarían idénticas misiones.
El programa de submarinos estratégicos Trident, cuya primera unidad se botó recientemente, y el de los submarinos de ataque Los Angeles fue creado por el influyente almirante Rickover, que durante décadas dirigió la estrategia naval norteamericana, pero que ahora está sufriendo una revisión de sus proyectos que podría desembocar en la suspensión de alguno de ellos.
«Marines» soviéticos
Por otra parte, el espionaje norteamericano detectó la presencia del portaaviones soviético Minsk en la isla de Socotra, en Yemen del Sur, a sólo cuatrocientos kilómetros de la costa de Arabia Saudita. El navío soviético lleva a bordo aviones de combate de despegue vertical YAK-36.
Junto al Minsk, los aviones de reconocimiento norteamericanos descubrieron al buque anfibio Ivan Rogov que transporta unidades de élite de desembarco, similares a los marines norteamericanos y dotadas de equipo ultramoderno, como lanchas que pueden alcanzar la playa a más de setenta kilómetros por hora.
Después del derrocamiento del sha de Irán y del conflicto fronterizo entre el régimen marxista de Yemen del Sur y el prooccidental de Yemen del Norte, el presidente Carter envió a la zona del mar Rojo y del golfo Pérsico una pequeña fuerza naval, capitaneada por el portaaviones Constellation, que luego fue sustituido por el Midway, en un gesto político destinado a demostrar su interés por la defensa de la ruta del petróleo y la estabilidad de la península Arábiga.
En los últimos meses se ha hablado con insistencia de la posible creación de una nueva fuerza naval norteamericana, que se denominaría la Quinta Flota y estaría encargada de patrullar el área del golfo Pérsico, entre la Sexta Flota, destinada en el Mediterráneo, y la Séptima Flota, en el Pacífico.
Los partidarios de esta nueva flota, o de la creación de una unidad de intervención pensada especialmente para Oriente Próximo, utilizarán, sin duda, en favor de su tesis la presencia de los buques soviéticos en la estratégica zona. Para los defensores de la futura Quinta Flota, los rusos están ampliando su marina de guerra y pretenden estar presentes en todos los océanos, con tropas de intervención inmediata a bordo.
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