Empieza hoy la feria de los segundones y los rejoneadores

Empieza esta tarde, con un festejo dedicado íntegramente al rejoneo, la feria de los segundones y los rejoneadores, en que ha convertido el abono de San Isidro la nueva empresa de Las Ventas, plaza cuya categoría teórica es máxima, pues está considerada «la primera del mundo». No falta ninguna de las figuras del «grupo especial» que están en activo, pero las combinaciones dé toreros fueron hechas con tan poca fortuna que aquéllas forman su bunkercito, exclusivo e incontaminado, en el último tramo del abono, bien servido de ganaderías que llaman «de garantía», mientras los toreros «modestos» (de todas las categorías, hasta la cuarta y última) ocupan la mayor parte del serial.

Se añade este año la no muy justificada novedad de los rejoneadores, con quince-dieciséis participaciones, a cargo de diez toreros a caballo, lo cual parece excesivo para la tradición y preferencias que esta modalidad de la tauromaquia tiene en Madrid.Treinta matadores

A salvo modificaciones que puedan producirse estos días -durante la semana ya hubo algunos cambios en los carteles-, la parte normal de la feria la componen dieciséis corridas de toros y dos novilladas. Aquéllas, que suponen 48 puestos, las torearán treinta matadores, de los cuales dieciocho han sido contratados para dos tardes. Son los siguientes: El Viti, Dámaso González, Manzanares, Niño de la Capea, Palomo Linares, Paquirri, Angel Teruel (es decir, todos los del grupo «especial»); Ruiz Miguel (que pertenece al primero); Paco Alcalde, Manolo Cortés, Luis Francisco Esplá, Antonio José Galán, Macandro, Manili, Ortega Cano, Rafael de Paula, Andrés Vázquez (todos éstos del segundo grupo), y Manolo Amador, del cuarto.

Los que no torearon en 1978

Hay cuatro confirmaciones de alternativa, que son las de Macandro, Curro Luque, Alfonso Galán y Nimeño II, los cuales -es obvio- no participaron en la feria de 1978. Tampoco lo hicieron (y, por tanto, reaparecen o se presentan este año en el abono) Paquirri, Manolo Cortés, Palomo, Currillo, Esplá, Antonio José Galán, Macandro, Sebastián Cortés, Manolo Amador, Curro Fuentes, Juan Martínez y Manuel Rodríguez. En total, quince espadas.

Ausentes

En cambio, los toreros que participaron en la feria de 1978 y no vienen a la presente son Villalta, Palomar, Galloso, Robles, Parrita, Gabriel de la Casa, Roberto Domínguez, Niño de Aranjuez, Miguel Márquez, Manolo Arruza, Curro Vázquez, Raúl Sánchez, Antonio Guerra, Justo Benítez, Juan Montiel y Dámaso Gómez.

Las ganaderías

En los últimos días se han producido algunos cambios en las ganaderías que fueron anunciadas, y pueden continuar las novedades al respecto. Sin embargo, según los datos que teníamos ayer, vienen a la feria (y también estuvieron en la de 1978) las de Celestino Cuadri, Ramón Sánchez, Samuel Flores, Baltasar Ibán, Manuel González, José Murube y Victorino Martín. Componen el resto las siguientes: Pérez Angoso, Hernández Pla, Sepúlveda, Fermín Bohórquez, La Guadamilla, Luis Algarra, Torrestrella, Torrealta y Pablo Romero (esta última fue anunciada en la feria última, pero se suspendió la corrida). Respecto a 1978 faltan las de Sotillo, El Campillo, Antonio Pérez, Lázaro Soria, Carlos Núñez y Arribas, aunque ésta viene en la novillada.

Las novilladas

Cierran la feria dos novilladas, cuyos últimos carteles (aún susceptibles de modificación) han sido combinados así: día 2 de junio, novillos de Aguirre para Luis Reina, Fernando Vera y Josele; día 3, reses de Arribas, para José Ramón Jiménez, El Mangui y Mario Triana.

Los rejoneadores

Alvaro Domecq, Moura y Manuel Vidrié actúan dos tardes (posiblemente irán otras dos los Peralta, no se sabe), y una, Bohórquez, Angel y Rafael Peralta (en su caso), Vargas, Manuel Jorge de Oliveira, Luis Valdenebro y José Joao Zoici.

Autoridad, veterinarios, afición

Toros y toreros darán la medida de calidad de los festejos, pero en la seriedad y buen orden del espectáculo tienen una intervención decisiva la autoridad, los veterinarios y la afición. Esta debe hacerse respetar, no exactamente por su intransigencia, sino por el rigor y la objetividad con que manifieste sus criterios. Lejos de los extremos de la algarada sin tino y la indiscriminada tolerancia está su campo de actuaéión; el que, por otra parte, ha tenido siempre, y de ahí que Las Ventas posea una categoría indiscutible. Los veterinarios en el reconocimiento de las reses y la autoridad como árbitro de la fiesta no pueden, de ninguna forma, ignorar este prestigio ni eludir sus propias y bien definidas responsabilidades.