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Solución para la clínica Ubarmín

El delegado general del Instituto Nacional de Previsión, Javier Minondo, ha aceptado el traslado de los servicios de traumatología y rehabilitación de la residencia Virgen del Camino a la clínica Ubarmín, ambas de Pamplona, con lo que puede quedar solucionado próximamente el conflicto que protagonizan los trabajadores de esta última desde hace varios meses.La clínica Ubarmín entró en funcionamiento en 1976, después de problemas legales y económicos para su construcción. Iniciadas las actividades, los niveles de ocupación del centro no llegan habitualmente a los cuarenta enfermos, cuando está dotada de 160 camas, además de los tratamientos ambulatorios. Como la clínica se acoge al régimen de los centros hospitalarios privados (fue iniciativa de varias mutuas de Navarra), esta infrautilización de las instalaciones desequilibró rápidamente la economía del centro, que a veces no ha podido hacer frente a gastos tan primarios como los correspondientes a medicinas, calefacción, energía eléctrica o salario de sus trabajadores. Debido a esta situación, la dirección del centro decretó su cierre el pasado 1 de enero, decisión con la que no estaban de acuerdo los trabajadores, por considerar que existen posibles soluciones a estos problemas.

La solución alcanzada ayer en el INP entre el delegado general de este organismo y representantes de dirección y trabajadores de Ubarmín es considerada como una solución «puente», en tanto la clínica no pase a depender de algún organismo público, posiblemente la Diputación; sin embargo, de momento se consigue una descongestión de la residencia Virgen del Camino y un nivel aceptable (unas 140 camas) de utilización de Ubarmín.

Javier Minondo se ha comprometido a viajar a Pamplona, antes de que finalice el mes, para formalizar el traslado, si previamente lo aceptan los médicos de Virgen del Camino y las mutuas reconocen a la Seguridad Social como propietaria del centro.

Abiertas de nuevo las policlínicas asturianas

El Hospital General de Asturias ha abierto de nuevo al público las policlínicas (consultas externas), cerradas el pasado día 22 de abril, como consecuencia de su crítica situación económica, que les impedía incluso pagar a sus proveedores. El déficit del centro asciende a quinientos millones de pesetas y la Diputación (de quien depende el hospital) aporta sólo ochenta millones, cantidad que no cubre siquiera el capítulo de beneficencia.La integración del hospital en la Seguridad Social fue rechazada por el Ministerio de Sanidad, que, a cambio, se ha comprometido a establecer un nuevo convenio con el centro hospitalario asturiano.

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