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II Semana de biología en la Fundación Juan March

El estrecho de Gibraltar, embudo de migración de aves

El peñón de Gibraltar es objeto de estudios ornitológicos sobre migración de aves. Ornitólogos extranjeros y españoles han venido visitando la zona desde el pasado siglo. Pero, según el profesor Bernis Madrazo, de la cátedra de Zoología de Vertebrados de la Universidad Complutense de Madrid, «aparte que este observatorio es insuficiente y a menudo inadecuado para desarrollar un estudio general, hasta ahora se echaba de menos una investigación abarcativa y detallada», empresa que constituye el motivo de los estudios realizados y presentados por el mencionado profesor en el curso de la II Semana de Biología de la Fundación Juan March.El tema abarca toda la migración posnupcial, que tiene lugar tras la época de reproducción y que corresponde a la migración que lleva a las aves desde los lugares de cría a aquellos donde han de pasar el período de invierno. Las observaciones se llevaron a cabo entre los años 1976 y 1977, desde el 15 de julio hasta el 15 de noviembre, el primer año, y hasta el 30 de octubre, el otro.

A través de todas las observaciones de que ha sido objeto la zona, se ha podido constatar la presencia regular u ocasional de la casi totalidad de las trescientas especies de aves que migran en Europa. Estas proceden de toda Europa occidental, central y septentrional, así como algunas de la nororiental. Su destino es variable: la mayor parte sobrevuela el Sahara e inverna en el Africa tropical occidental; algunas se dirigen al Africa ecuatorial, y rara vez, a la austral. Hay otra parte que se queda a invernar en Marruecos.

El grupo de aves migradoras más importante, más espectacular y característico del Estrecho, según el profesor Bernis, es el de las planeadoras, entre las que se citan dos especies de cigüeñas y dieciocho rapaces.

«El resto de aves con migración diurna -siempre según el ponente- engloba, por una parte, cuarenta especies continentales no acuáticas. También se han estudiado las acuáticas continentales, en número de más de cuarenta, la mayoría larolimícolas, que se distribuyen entre viajeros nocturnos y mixtos, además del grupo especial de las aves puramente marinas, que agrupa unas diez especies.» Otro grupo, también estudiado, es el de los viajeros nocturnos continentales, en el que el número de especies es bastante difícil de precisar, pero que pasa de varias docenas.

Estos son los datos cuantitativos obtenidos durante las observaciones realizadas en el período de tiempo antes expuesto:

Se utilizó también el observatorio de Tarifa en alguna ocasión para recontar el paso de aves marinas, donde destaca el enorme movimiento de pardela cenicienta, estimado su número en unos 160.900 individuos.

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